– ¿Qué opinión le merece el último accidente ferroviario en Once?

– La prestación de un servicio es un conjunto de cosas. Es en una parte mantenimiento, en otra parte capacitación, en otra parte control del personal, de las condiciones físicas del personal, de las estaciones y demás. El sistema de transporte corrupto que tuvo el kirchnerismo en estos diez años ha llevado a la tragedia de Once, con decenas de muertos. Después ha habido otros casos que podrían no ser motivados por fallas mecánicas, pero que sin duda son fallas graves del servicio.

– ¿Cree que hay un intento del Gobierno de responsabilizar al conductor?

– Puede ser, pero en un punto, aunque la culpa fuera del motorman, la responsabilidad es del titular del servicio. Son ellos los que tienen que verificar que quienes conducen los trenes estén en condiciones de hacerlo. Es lo mismo que pensar en una línea aérea que tiene un piloto borracho: se cae el avión y le echan la culpa al piloto, y no: fue la culpa del dueño de la compañía.

– ¿Piensa que Florencio Randazzo debe dar un paso al costado?

– Me parece que el kirchnerismo hizo una catástrofe de corrupción con el tema del transporte de trenes y de colectivos, especialmente los trenes, y el resultado de eso es este desastre. Randazzo se hizo cargo hace poco, y me parece que hizo cosas para tratar de mejorar el servicio.

– ¿Pero qué ha cambiado desde la tragedia de Once a esta parte?

– El servicio se estatizó: en lugar de tener concesionarios privados -que están todos procesados por connivencia con funcionarios del Gobierno en robar la plata de la gente-, ahora lo maneja Randazzo. También se han hecho más inversiones en el servicio. Ha habido una mejora, por lo menos en la dedicación al tema, pero se ve que no es suficiente.