– ¿El Gobierno porteño justificó el aumento de la tarifa del subte por la inflación que vive el país. ¿Por qué rechaza este argumento?

– En los dos años de gestión porteña la tarifa del subte aumentó un 78,5 por ciento anual. Pasó de $1,10 a $2,5 y ahora a $3,50. Pero este aumento, contra lo que dice el macrismo, no coindice con el aumento de ninguna variable en Argentina. No se sabe para qué es.

– ¿Cómo que no se sabe?

– Si Macri pretende justificarlo por el aumento de costos, que diga cuál es la variable que aumentó casi un 80 por ciento por año. En verdad, este nuevo aumento forma parte de una política de encarecer el subte para disminuir la afluencia de pasajeros. Sucedió cuando se aumentó a $2,5 y ahora va a suceder lo mismo. De esta manera Macri crea un escenario ficticio de mejora del servicio para reducir el número de usuarios. Es la vieja receta neoliberal. Para eso también hizo el metrobús en la Avenida 9 de Julio: para garantizar que, gracias al subsidio nacional a los colectivos, puedan viajar los trabajadores. Es una política clara de segregación de los usuarios por el nivel de ingreso.

– ¿Coincide con quienes afirman qué la medida beneficia a la concesionaria?

– Quiero creer que no apunta a mejorar la rentabilidad de la empresa. Sino por el contrario, a una mejor ecuación fiscal para bajar la cantidad de subsidios

– ¿Nota un mejor servicio desde que la Ciudad se hizo cargo de los subtes?

– Lo que hay es una baja en el número de usuarios con lo cual se crea sensación de mejora. El macrismo no ha podido extender las líneas de subte más allá de las estaciones que ya estaban hechas por gobiernos anteriores. Tampoco ha tenido una relación con los sindicatos que le permitiera solucionar los conflictos cotidianos en el subte.