De cara a la renovación parcial de los recintos parlamentarios de la Legislatura, ya se discute -sin demasiada exposición- no sólo las autoridades de sendas instituciones, sino que además los diversos bloques que la constituyen seleccionen sus propias conducciones.
El 10 de diciembre llegará más temprano que tarde, y si bien el debate sobre el Presupuesto General de Gastos y Recursos es el tema que concita la atención de la opinión pública -a lo que se suma la presentación de otro proyecto de Policía Municipal-, la comidilla más apetecible en el Palacio es encontrar los cauces por donde transitan las conversaciones de los interbloques y hacia dentro de ellos mismos.
La importancia radica en que de alguna forma esa selección política marcará los perfiles de las bancadas y los roles de cada uno de sus integrantes en dos años que aparecen complejos, donde correrá mucha agua debajo del puente. Y además, como dato no menor, aparece el nombramiento, o no, de un nuevo presidente para la Cámara baja.
Generalidades
La primera aproximación sobre las autoridades de cámaras se da en el plano de los espacios. El oficialista FpV-PJ, que constituye la primera minoría en ambos recintos, entiende que la presidencia y vicepresidencias de los cuerpos le corresponden. Hay una pequeña discusión, tanto en Diputados como en el Senado, sobre la interpretación oficialista, pues algunos entienden que no necesariamente debe ser así. Creen que podría justificarse en el Senado, pero estiman que es totalmente discutible en la Cámara baja; de hecho, la creación de la vicepresidencia “jerarquizada” fue para cogobernar ese ámbito, recuerdan.
En el supuesto de que finalmente se salvo ese pleito y el oficialismo imponga su criterio -lo más probable-, los opositores del FR tendrán su vicepresidencia I en Diputados y segunda en Senado, la UCR segunda y tercera y el GEN la tercera de la Cámara baja.
Este hipotético reparto es tal porque la coyuntura histórica presenta recintos dinámicos, y los que hoy son “los menos”, mañana pueden ser”los más”. No sabemos si el dinamismo está en su proceso ascendente o descendente en este ciclo histórico; sólo el devenir lo develará. Pero este es el resultado que nos da el corte sincrónico, ahora que se aproxima la etapa de definiciones.
Parcialidades
Cuando todavía hay algunos legisladores sueltos a ambos lados del Palacio, el oficialismo se perfila para tomar decisiones respecto de las principales autoridades, y esto puede producir movimientos en las comandancias de los bloques. Aunque la premisa es no alentar discusiones, y se esperan eventuales decisiones externas, como en otras ocasiones, que tienen origen en la Presidencia de la Nación.
Hay que llenar un hueco en el Senado: la vicepresidencia I está acéfala; Sergio Berni, su titular, está en uso de licencia con reserva del cargo y todo parece indicar que la situación cambiará. Si no hubo cambio hasta ahora, es por una sorda disputa en la bancada oficialista que con nuevos integrantes tendrá que resolverse.
Los senadores del oficialismo son conscientes de que luego de la partida de “los críticos” que engordan las filas del FR, la conducción bifronte del alto cuerpo se presenta sin disimulo: por un lado Cristina Fioramonti, conductora de la bancada, y por el otro, Gabriel Mariotto, como presidente del Senado. Ambos empujando por espacios en el Palacio. Ese empate pírrico es el que impediría llenar el hueco.
El FpV-PJ además tiene ese particular problema llamado Mario Ishii. El senador electo es un problema a resolver que puede complicar a la bancada oficialista hasta con la conformación de una bancada aliada pero independiente.
En Diputados, en orden decreciente, se escuchan ruidos respecto de la conducción del bloque, la vicepresidencia y la propia presidencia del Cuerpo. Pero para todos está claro que la nominación de Juan De Jesús, José Ottavis y Horacio González, surgió de un encuentro entre la presidenta y el gobernador. Por lo tanto, ahora se esperan señales desde esas esferas.
No obstante, al menos dos diputados -la lista puede ser más extensa- están pidiendo pista. Por un lado, está el diputado Alberto España, un emergente K con fluidos vínculos a sectores cercanos al Gobierno nacional; por el otro, lo insinuó antes y lo acentuó después de las elecciones, se encuentra el diputado Marcelo Feliú, que hace rato que está buscando un lugar de conducción en la bancada oficialista.
En el FR se debate desde las actuales condiciones y con hipótesis de máxima y de mínima, pero en definitiva, lo concreto es ir oteando las conducciones de bloque y las autoridades de Cámara.
En el esquema macro aparece el Senado para la Primera Sección Electoral; se verá si Jorge D’Onofrio se mantiene al frente de la bancada o el electo Sebastián Galmarini, alguien que impresiona por su cercanía al conductor del espacio, pero habrá que ver metodología y pergaminos para la definición. Además, el bloque tiene distintos espacios, Sebastián y Jorge pertenecen al mismo. Tal vez nada cambie: D’Onofrio conductor de la bancada y Roberto Costa como autoridad, alguien que se desplazó de la primara al noroeste provincial y expresa el componente radical de los renovadores.
En Diputados, mientras tanto, el actual presidente de la bancada del FR, Rubén Eslaiman parece querer correrse del bloque para apuntar como autoridad de la Cámara baja, pero el choque será con ruido entre la Tercera sección, con Mario Giaccobbe a la cabeza, y la Octava, con el histórico Juan José Amondarain.
La situación que se vive allí es imprevisible por el momento. Ante el aparente desencuentro, otros aprovechan para azuzar el descalabro y las hipótesis llegan hasta la fractura, eso sí, con más cargos: dos presidentes de bloque y dos vice.
En el caso del único representante del Pro, Orlando Yans, la decisión es jugar dentro de la bancada del FR, por lo menos en el arranque. Pero si las cosas siguen siendo tan parejas se observará su situación de republicano dentro del espacio renovador de forma particular.
En el Frente Progresista Cívico y Social ya parecen resignados a no alcanzar el bloque único y se conforman con lograr un interbloque entre el FAP y la UCR. Marcelo Díaz seguirá al frente de la bancada del FAP; la autoridad de Cámara no será rotativa como sucedió este último período y son varios los que se anotan para el lugar. En la UCR, Liliana Denot aparece con muchas posibilidades para comandar la bancada pero también empujan Jorge Silvestre y Gustavo Vignali. En el Senado los radicales ya plantaron al tandilense Carlos Fernández.
En el denarvaísmo, las aguas bajan mansas, más allá de algunos síntomas de independencia esbozados por algunos de sus miembros. Con una bancada de cinco, no habrá mucho que discutir y parece abrirse cancha como presidente del bloque Guillermo Britos.
Así las cosas, en Diputados quedan sueltos el diputado del FIT, la representante de Unidad Popular y el moyanista Héctor Martínez. Nuevo Encuentro seguirá con su papel de aliado independiente del FpV-PJ en ambas cámaras.
