Debaten sobre los mensajes de texto “invasivos”

Asociaciones de defensa del consumidor analizarán el tema en el seno de la Comisión Nacional de Comunicaciones. Un diputado nacional presentó ante esto un proyecto de ley “antitrivias”, por cuanto estima que se trata de “una estafa de 550 millones diarios”.

Los clientes de telefonía móvil reciben a menudo mensajes invasivos a cualquier hora, con invitación a trivias, datos de horóscopo, adivinanzas, salas de chat y publicidad, entre otros, sin que muchos de ellos adviertan que se les está cobrando por los denominados “Servicios de datos” o “descarga de contenidos”, por los cuales, las empresas de telefonía móvil facturan mensualmente millones de pesos por el envío de estos SMS no solicitados, o que quizá fueron contratados involuntariamente con la presión de un botón del celular, que pone en vigencia un contrato desconocido y por demás polémico.

Cada SMS recibido cuesta entre 6 y 12 pesos + IVA, y “teniendo en cuenta que hay 55 millones de usuarios, podríamos decir que con solo la empresa cobrarle un solo mensaje por día a los usuarios estaríamos hablando de una estafa de 550 millones por día aproximadamente”, advirtió el diputado nacional, Marcelo Llanos, autor de un proyecto de ley antitrivias.

Es por eso que este martes a las 16, en el piso 19 de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC), 27 asociaciones de defensa del consumidor expondrán sobre el nuevo reglamento para Usuarios de Comunicaciones Móviles, y entre otros temas, se hará hincapié en las múltiples denuncias acerca de los envíos de los SMS premium, provocando serios perjuicios en los usuarios.

Existen más de 42 números emisores de estos mensajes. “Si cada usuario tiene que enviar la ‘baja’ a cada sms determinado, llamar a la empresa para que le bloqueen los envíos, y encima, en la mayoría de los casos, hasta abonar 10 pesos más IVA por cada pedido, estamos hablando de un problema serio”, señaló Llanos y agregó: “Las empresas se quieren desligar hablando de que son empresas externas y que son víctimas de spam, sin embargo, ellos son los que facturan y cobran estos servicios, que son difícilmente identificables en las facturas ya que figuran con denominaciones confusas como ‘servicios de datos’, ‘descarga de contenidos’ o números emisores de mensajes que el usuario no sabe identificar. Además ya hay antecedentes en Chile con denuncias a las mismas empresas, así que no pueden decir que desconocían la metodología”.

En el caso de los clientes prepagos, “darle de baja o identificar qué sucede es mucho más problemático, la gente dice ‘me comieron el crédito’ y no sabe por qué, ya que la mayoría desconoce que por solo recibir el mensaje, además de generarle problemas personales, irrumpir tareas, horas de descanso y reuniones de trabajo, les están cobrando tan solo por recibirlos”, señaló Llanos.

Lo que resulta aún más controvertible es la metodología de contratación, que según las empresas, se realiza presionando un botón del celular. Sin embargo, muchas veces se realiza de forma involuntaria, ya que el mensaje interactivo que dice “aceptar o rechazar”, ya viene preconfigurado con el botón “aceptar” como primera opción, que con solo presionar la tecla para desbloquear el celular o visualizar la pantalla, se activa solo, o la puede haber presionado un menor de edad o por presión por estar guardado en una cartera.

Por eso, para el diputado nacional estas nuevas modalidades de contratación de servicios a través de la selección con botones incumple claramente el Art. 4 de la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor que indica: “El proveedor está obligado a suministrar al consumidor en forma cierta, clara y detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, y las condiciones de su comercialización. La información debe ser siempre gratuita para el consumidor y proporcionada con claridad necesaria que permita su comprensión”, y el Art. 35 que establece: “Queda prohibida la realización de propuestas al consumidor, por cualquier tipo de medio, sobre una cosa o servicio que no haya sido requerido previamente y que genere un cargo automático en cualquier sistema de débito, que obligue al consumidor a manifestarse por la negativa para que dicho cargo no se efectivice. Si con la oferta se envió una cosa, el receptor no está obligado a conservarla ni a restituirla al remitente aunque la restitución pueda ser realizada libre de gastos”.

“Lo que parece solo una molestia para los usuarios, se convirtió en un problema grave, hemos recibido incluso la queja de un comerciante que se niega a pagar la factura con el costo de estos sms que no contrató y ahora figura en el veraz y le cortaron la línea, otro hombre puede demostrar incluso con su pasaporte que él no se encontraba en el país y dejó el celular apagado en su casa, y por lo tanto, no pudo haber activado el contrato presionando el botón aceptar, y sin embargo cuando regresó ya no tenía crédito, y una señora con mucha angustia comentó todo el esfuerzo que le había costado poder comprar una tarjeta de $20 para poder comunicarse con su madre que se encuentra enferma y el crédito fue consumido por los sms que nunca contrató”, comentó Llanos.

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