El 10 de diciembre de 1983 se iniciaba una de las experiencias mas difíciles de nuestra historia institucional. Finalizaba la dictadura criminal que oscurecio la vida de los argentinos.

No es fácil comprender, para las nuevas generaciones, cuan complejo era ese instante para una sociedad castigada y oprimida con un resultado sombrio para quienes asumían la conducción del gobierno y, en particular para el Presidente de la Republica.

Los antecedentes de otros gobiernos surgidos después de situaciones iguales ( de facto) fruto de golpes militares, son incomparables con lo recibidos en aquel año. Delitos increíbles con desaparecidos asesinados, aislamiento internacional, pesada deuda externa, deuda social grave, conflicto al borde de la guerra con Chile, y tantos que significaban una pesada y casi imposible situacion .

Alli, ese dia, en el estrado estaba ese hombre que abria una esperanza para comenzar la reparación anhelada. Su palabra, su compromiso era sagrado para llevar adelante la tarea de recuperar la paz, pero con la sanción que se debía imponer a los responsables del desquicio intencional producido.

Alfonsin, frente a quienes creían que el camino era el olvido y el reconocimiento de la “autoamnistia” que pretendieron darse los que gobernaron el país hasta ese dia, con la lucidez de un gran estadista comprendio que no habría seguridad democrática si los delitos no tenían sanción. La postura contraria la encarnaba el candidato justicialista Italo Luder, quien aceptaba la solución con el olvido que dejaban los militares del proceso.

Y los 30 años transcurridos, con fallas pero sin señales de los viejos dramas como 1930,1943, 1955, 1962, 1966 y 1976 en que los poderes constitucionales fueron avasallos por la armas y por intereses externos e internos.

Esa mañana ese hombre estaba allí exponiendo su discurso a la Nacion, yo estaba a pocos metros en mi banca, con los otros consagrados para acompañar la epopeya que se abria, eramos los albañiles para sostener la valentía de el que había logrado superar, con el apoyo del pueblo, lo que parecía imposible, gano al candidato de la fuerza política hegemonica. Alli vale la pena recordar un hecho singular y único, el ofrecimiento del Presidente triunfante a quien había derrotado la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia. Italo Luder la rechazo.¡ Que ejemplo y cuanto valor pudo tener el perdedor controlaba desde otro poder al ganador!.

Regresemos a ese dia. Nuestra mirada a ese gesto seguro, valiente y lucido de un patriota que asumia su cargo para cumplir con el rezo laico con el que cerraba sus discursos en toda la campaña.

Nuestra emoción y alegría, era la expresión acompañada por quienes tuvieron el privilegio de ocupar los palcos y las galerias de la Camara de Diputados, pero también de las multitudes que rodeaban el Congreso de la Nacion y cada plaza y hogares de todo el territorio. Era la esperanza que renacia y nosotos los legisladores, radicales y peronistas sentíamos el valor de la recuperación.

Han transcurrido 30 años, el balance es positivo. El solo hecho de que este periodo es el mas largo desde 1916, es decir el de la institucionalidad comenzada con la Presidencia de Hipolito Yrigoyen, es un muy claro resultado de construccion democrática.

Esa jornada inolvidable para quienes fuimos testigos privilegiados de un discurso que nos abria u futuro esperanzador, rodeados de un pueblo igualmente esperanzado y con la presencia de figuras internacionales que mostraban cuanto se esperaba de ese cambio para terminar con los regímenes despóticos instalados en la región. Era para estos también el único gobierno que asumia en democracia y sin ningún arreglo condicionante.

Desde luego en este largo periodo no todo fue la búsqueda de consolidar la democracia, el bienestar de los argentinos, la cuidadosa defensa de los derechos humanos, hubo y hay, proyectos hegemónicos que nos ponen en un terreno débil y alejan de los sueños de 1983. Estamos viviendo uno de ellos sin que los que detentan el control del gobierno superen los males de la falta de alternancia y pretendan establecer un régimen continuista, a veces con distintos colores pero con iguales objetivos.
La esencia democrática de los sueños de 1983, el sobrellear adelante cada escollo que parecían trabas imposibles se cumplieron en un clima difícil. Anular la autoamnistia a la que no se atrevieron los peronistas, Juzgar a los militares, sentenciarlos y encarcelarlos, alcanzar la paz con Chile, enfrentar una oposición dura y que se sentía dueña dela l gobierno , generar una legislación de avanzada (Divorcio, equiparación de hijos matrimoniales y extramatrimoniales, patria potestad compartida, etc) son los peldaños que se superaron con sentido de futuro. Gracias a esos avances hoy se definen otros institutos como el matrimonio igualitario y otros. El desconocimiento de estos hechos permite la divulagacion de un relato que pretende modificar todos los acontecimientos que consagraron la base de la democracia.

Tambien hubo que sentir el desgarro frente a los acontecimientos limite como fue la sanción de Obediencia Debida, no punto final, pues significo en aquellas condiciones un paso ineludible para lograr superar un hecho difícil. Con un ejercito que no es el de aquel general dispuesto a retirar el cuadro de Videla del Colegio Militar, disminuido pero con fuerza y muchos protagonistas de los hechos a juzgar aun en actividad. Es muy ligero el análisis de aquellos hechos con la óptica actual.

Cada uno de nosotros los que, como dije albañiles de ese proceso, podemos hoy sentirnos orgullosos de todo lo actuado. La historia no recogerá a los albañiles, pero cada uno sabe que cuando nos toco la responsabilidad de cumplir con nuestro juramento, lo hicimos y acompañamos a uno de los grandes.

Seguramente no se pudo cumplir con todos los déficits de nuestra Patria, pero la tarea fue recuperar la vida, frente a la muerte y la decadencia y no era tarea fácil. Debemos recordarlo dia a dia y confrontarlo con el hoy tan saturado de incompetencia y corrupcion, falta de respeto a la ley y no declamar por los derechos humanos cuando el país tiene un tercio de pobres, decae la educación, la salud y nos sacude una inflación creciente.¿Donde vamos? Es la incopetencia de quienes nos gobiernan o una maldición

Dr Jose Bielicki

Diputado Nacional (MC)