El Ejecutivo acaba de enviar al Congreso un proyecto de estatización de la Universidad de Madres de Plaza de Mayo. Nadie pone en duda la importancia que tiene frente a la sociedad el rol de la universidad pública. Siempre la hemos apoyado.

En este sentido, se han creado en los últimos años numerosas universidades nacionales que iluminan y dan futuro a los que jamás podrían haber estudiado una carrera. Es por ello que hemos apoyado la creación y el desarrollo de muchas de ellas.

El caso de la Universidad de Madres de Plaza de Mayo nos obliga detenernos en un análisis de lo que se busca con la estatización. ¿Significará hacernos cargo de qué, cuál es su presupuesto, cuál será su oferta académica y cuáles son sus deudas? Por lo que cualquier análisis requiere el debido tratamiento en comisiones (para eso existe la Comisión de Educación y la de Presupuesto).

En este sentido, y más aun teniendo en cuenta las denuncias de actos de corrupción que pesan sobre la Fundación y las deudas millonarias que hoy tiene dicha universidad, el camino debería ser analizar más profundamente el tema y evitar que pase por el Congreso como un simple trámite exprés. De otra manera, sin transparencia y sin debate pierde credibilidad la Universidad Publica en su conjunto.