Con el desparpajo habitual de los K, el Jefe de Gabinete -entre otros funcionarios- se sacó el sayo de los cortes de luz en medio de temperaturas agobiantes, y les echó la culpa de lo que sucede a Edesur y Edenor.

Con la misma cara de piedra de sus antecesores en el cargo, Abal Medina y Aníbal Fernández, repitió una vez mas un clásico de la administración actual: no asumir sus mas que evidentes responsabilidades y adjudicarles los desastres a otros.

Si recordamos cuando el terrible accidente de Once, el gobierno culpó del mismo a la empresa TBA de Cirigliano por utilizar los subsidios para hacer negocios en lugar de mejorar los trenes; e incluso a los propios pasajeros por viajar en el primer vagón. En oportunidad del derrumbe de la producción petrolera y gasífera, y de las reservas de hidrocarburos con la consecuente pérdida del autoabastecimiento, la responsabilidad fue puesta en Repsol que giraba los dividendos al exterior. Ahora, que se destruyen las líneas de distribución de electricidad por el -esperado- aumento de la demanda, acusa a las concesionarias de no haber hecho las inversiones necesarias; y de paso les pega un palito a los propios usuarios por comprar demasiados aires acondicionados, supuestamente un lujo de ricos. En todos los casos la oposición también es señalada como parte del problema, cuando no de “destituyente”.

Pocas cosas más desvergonzadas del kirchnerismo, cuando el “relato” se desmorona ante la realidad, que esta de no asumir nunca sus responsabilidades mas elementales. ¿Que duda puede caber para quién declama sistemáticamente de la importancia de un Estado fuerte que proteja a los mas débiles y a la nación, que lo que tiene que ver con los recursos naturales, que son de todos, y con los servicios públicos, que utilizan millones de compatriotas, debe ser controlado y monitoreado permanentemente por los gobernantes de turno? ¿Quién puede pensar que la luz, tan vital en la vida de las personas en la actualidad, puede quedar graciosamente en manos de empresas privadas que sacan sus ganancias de prestar el servicio, sin seguimiento estricto de parte del Estado?

A la hora de la verdad, donde lo que está sobre la mesa es la calidad de vida y la seguridad que se le brinda a la población, el gobierno nacional solo sabe ocultar su responsabilidad en un mar de mentiras y justificaciones. Cambian algunos funcionarios pero no cambian en absoluto la forma de gobernar. Mas de lo mismo, el estilo K sigue vivito y coleando.