A partir de febrero, los legisladores nacionales verificarán un aumento del 24 por ciento en sus haberes. Ese será el promedio del incremento de sus dietas a partir del acuerdo salarial alcanzado en el marco de las paritarias el año pasado con los empleados del Congreso.

A partir de ese acuerdo, el ingreso de un legislador podrá redondear casi los 50.000 pesos.

Según consignó el diario La Nación en su edición de este domingo, ese sueldo surge de la suma de las dietas y los ingresos extras que incluyen desarraigo y gastos de representación. A partir de ello, estaríamos hablando de alrededor de 9.000 pesos más respecto de los 40.500 que percibieron en diciembre los legisladores más antiguos.

Hay que incluir a unos 10 mil pesos de gastos de representación, rubro que no tendrá modificaciones, cosa que sí tendrá el rubro “desarraigo”, que subirá un 21%: de 6.800 pesos pasará a 8.300.

Los legisladores no tendrán el aumento de una sola vez, sino que se percibirá en dos etapas, alcanzándose la totalidad recién en junio.

Los legisladores cuentan con otro ingreso no remunerativo, que corresponde a los pasajes aéreos y terrestres. Son para los legisladores del interior y consisten en 20 tramos aéreos y otros tantos terrestres. Cada tramo aéreo asciende a 550 pesos y los terrestres valen 240. De tal manera, estamos hablando de 15.800 pesos, monto que no será ajustado este año.

Si un legislador no gastara sus pasajes, redondearía 65.600 pesos.

Según señala la nota de La Nación, hay que tener en cuenta también la asignación para el “funcionamiento de bloque” que cada diputado recibe una vez, y que asciende a 5.000 pesos. Ese valor no será modificado.

Claro está que estos valores no escapan al tributo de Ganancias, que con otras cargas sociales se lleva un 35%: entre 10 y 16 mil pesos.