Alguna vez el General Perón, respecto de su movimiento, dijo: “Los peronistas somos como los gatos. Cuando nos oyen gritar creen que nos estamos peleando, pero en realidad nos estamos reproduciendo”. Vale la expresión respecto de lo que sucede hoy en las fuerzas progresistas que se van preparando para las presidenciales del 2015.

Todos los dirigentes y los partidos que formamos parte de este gran espacio político, tenemos la firme decisión de marchar en unidad a disputar el gobierno. Basta leer las expresiones públicas de todos nosotros para corroborarlo. El objetivo es darle, así, a nuestra Nación, un rumbo distinto de éste que hoy lleva, y también al que pretenden ir otras fuerzas más cercanas al neoliberalismo que predominó en los años noventa.

Tenemos para ello dos excelentes modelos de construcción política que nos guían y de los que todos somos partícipes: el del Frente Progresista que gobierna Rosario hace más de 20 años y en Santa Fe desde el 2007 y, hoy, el de UNEN, que puso a esta alianza como una opción de mayorías en la Ciudad de Buenos Aires en los recientes comicios. El primero, mostró a través del tiempo la firmeza y capacidad de las fuerzas progresistas para unirse y gobernar; el otro, evidenció que con inteligencia, amplitud y generosidad, se puede agrupar y potenciar exitosamente a muy diversos sectores.

Ahora, tendremos muy en cuenta ambas experiencias para extenderlas a nivel del país. Los partidos serán el sostén básico del acuerdo con su extensión territorial, y todos los referentes de prestigio que tenemos -que son muchos-, los que le den carnadura a esta opción política en la sociedad. La combinación de ambas cosas, partidos y referentes, agrupados todos en un programa común para transformar en serio la Argentina, nos dará la fuerza necesaria para abordar el gran desafío de la hora.

Tanto en el Frente Progresista de Santa Fe (reproducido en muchas provincias en las últimas elecciones) como en UNEN, hemos tenido siempre, además, un acuerdo de fondo respecto de nuestra unidad: incluye, como aspecto destacado, todos los debates que hagan falta entre nosotros y la resolución en las internas abiertas de las candidaturas, si hubiera diferencias al respecto. Ambas cuestiones son un componente esencial de nuestro vigor político, como lo enseña la experiencia de estos años.

Que no se ilusionen nuestros adversarios con que nos estamos peleando, estamos creativamente poniendo en pie la amplia unidad política que aspira a conducir la Nación.