Un día después de la presentación por parte de la presidenta de la Nación del programa Progresar, que consiste en subsidiar a jóvenes de entre 18 y 24 años para que estudien, el senador nacional Ernesto Sanz consideró “un problema grave” del país que 1.500.000 de chicos no estudien ni trabajen.

Remarcó el diputado que “muchos de ellos tenían 8 años cuando el kirchnerismo llegó al poder, estaban arrancando la escuela”. Así las cosas, consideró que “ese millón y medio de chicos excluidos es una de las dimensiones del retroceso del kirchnerismo. Deben hacerse cargo de su responsabilidad”.

Con referencia al programa en sí, el presidente del radicalismo sostuvo que si queremos que sea “útil y realmente eficaz”, el mismo “debe promover la cultura del esfuerzo y el trabajo”. Consideró además que, como siempre, “la mejor intención debe estar acompañada de buena gestión: transparente, ordenada y exigente”.

Sanz expresó su deseo porque la iniciativa sea “exitosa” y que a ese incentivo “no se lo coma la inflación”, como así también reclamó que haya seguimiento y evaluación de sus resultados.

“Más allá de la emergencia, el desafío es cambiar la escuela: que vuelva a formar, educar y entusiasmar. Si no, no hay parche que sirva”, expresó el senador mendocino, que a continuación le apuntó al kirchnerismo, al considerar “raro” que proponga un panorama que de idea de que “vivimos en Noruega, pero después de 10 años de administrar millonadas, los planes son de emergencia”. Apuntó en ese sentido que hay “emergencia en energía, emergencia económica -con inflación y devaluación incluidas- y emergencia en educación”.

“La Argentina de progreso no se diseña con parches, se construye con soluciones de fondo. La clave: Educación exigente, moderna y de calidad”, concluyó.