Sin el color de otras oportunidades y con una militancia moderada que se destapó sobre el final, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner dejó inaugurado este sábado un nuevo período de sesiones ordinarias.

En un discurso que duró casi una hora menos que el que profirió el año pasado, Cristina dio su mensaje ante los legisladores, en una Asamblea Legislativa con muchas particularidades.

Se hicieron esperar

Cuando el vicepresidente Amado Boudou había abierto la Asamblea Legislativa y una vez dispuesto el cuarto intermedio, aún no habían llegado al recinto tres diputados del Frente Renovador: el propio Sergio Massa, Darío Giustozzi y Graciela Camaño, quienes ingresaron en el mismo momento que la presidenta.

Fuerte ese aplauso

Fueron 137 los aplausos que recibió la presidenta a lo largo de su discurso, según consta en la versión taquigráfica de la Asamblea Legislativa. Uno de los pasajes más aplaudidos fue cuando Cristina llamó a “defender la democracia” en Venezuela. Los mayores vítores de la oposición llegaron cuando habló sobre los cortes de calles y la cuestión Malvinas.

Menos que el año pasado

Esos 137 aplausos representan menos de una treintena con relación a los del año pasado, cuando hubo 163. Pero convengamos que el de este sábado fue un discurso un tanto más breve que el de 2012: mientras que el discurso de apertura de este 1° de marzo duró 2 horas 47 minutos, el del anterior se extendió 3 horas y 40 minutos.

Lluvia de pétalos

Ante la advertencia del radicalismo, que había amenazado con retirarse del recinto en caso de que la militancia cometiera “excesos”, la juventud kirchnerista respondió con una carga importante de ironía: arrojó pétalos de flores a la oposición, cuando la presidenta finalizaba su discurso.

Militancia moderada

Los militantes no ingresaron banderas al recinto, y los volantes aparecieron recién al final. Este sábado, el fervor militante se sintió recién al finalizar el acto y se multiplicó puertas afuera, en la Plaza de los Dos Congresos.

“Massa, Carrió, son el ajuste, son la represión”

Al bajar las escaleras del Congreso, los militantes detuvieron su marcha en el primer piso para entonar a viva voz una nueva canción, que dedicaron especialmente a dos diputados: “Massa y Carrió, son el ajuste, son la represión. Se hacen los guapos desde la tevé, y en la Embajada les dicen qué hacer”, decía la letra.

La bienvenida

Como establece el protocolo, la presidenta fue recibida en la explanada del Congreso por una comisión de legisladores, además del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el titular provisional del Senado, Gerardo Zamora. Antes de ingresar, Cristina intercambió unas palabras con el macrista Federico Sturzenegger y hasta le dio un abrazo a la oficialista chaqueña Gladys Soto.

Los machetes

“No se asusten por la cantidad de papeles”, bromeó Cristina cuando arrancaba su mensaje. En efecto, el estrado lucía abarrotado de machetes, muchos escritos a mano, con fibra negra y letra grande. A su lado, Julián Domínguez hacía las veces de secretario.

Escrachado

Los fotógrafos más avivados suelen panear a los legisladores en situaciones comprometidas. Fue así que comenzó a circular en Twitter una foto de un diputado que, al parecer, se quedó dormido. ¿Quién era? Nada menos que el exMidachi Miguel Del Sel. Mal debut.

“Los chicos no se casan”

En un pasaje de su discurso, cuando la presidenta hablaba de los ciudadanos que acuden al programa Procrear, aprovechó para bromear con el camporista Eduardo “Wado” De Pedro: “Los chicos hoy no se casan, ¿vos Wado te vas a casar? Me dijeron que no…”, dijo entre risas.

Tuiteros

Como es habitual, muchos legisladores opinaban por Twitter mientras transcurría el discurso presidencial. Una de las más activas fue, sin duda, la macrista Laura Alonso. Celia Arena, una oficialista que ya no es diputada pero que se ve que estuvo presente, subió una foto tomada desde su banca.

Chascarrillo

“Si se me permite un chascarrillo, en cuanto a lo que algunos intentaron decir respecto de nuestro ministro de Economía… ¿Dónde estás, Axel, que no te veo? Ahí estás. Chiquitito, no lo veo. Chiquitito, pero cumplidor”, bromeó la presidenta mientras buscaba con la vista al funcionario.

La primera

Una diputada llegó al Congreso y se sentó en su banca 40 minutos antes del arribo de Cristina. Fue María Inés Villar Molina, de la facción opositora del Movimiento Popular Neuquino.

Recinto superpoblado

Como las bancas del recinto de Diputados no alcanzaron para todos los legisladores, hubo que poner sillas en los pasillos. Allí debieron sentarse, entre otros, Victoria Donda -de corto vestido blanco-, Fabián Rogel, Juan Carlos Zabalza y Alicia Comelli. La primera, además, concurrió con su marido, el extravagante Pablo Marchetti.

Acta de defunción

Entre los papeles que caían desde los palcos, un volante de procedencia desconocida decretaba la “defunción” del “modelo K”. Se trató de una fotocopia pequeña ilustrada con una cruz y la leyenda “Matriz de acumulación diversificada con inclusión social 2003-2014”.

A continuación, un extenso y durísimo texto, de letra pequeña, rezaba:

Siempre te vamos a recordar por lo que nos dejaste: la inflación descontrolada, la devaluación, el acuerdo con Repsol, el arrastre con el Club de París, los 30 días sin luz por año, los yates de Jaime, el cepo, el fútbol sin visitantes, el Vatayón Militante, la suba de tasas, la mitad de la Argentina pobre, a Clarín Szpolski, a 678 y a Oyarbide. Todos hechos que quedarán inmortalizados en la Década Lavada.

Te despiden con cariño tus más fervientes seguidores: Moreno, Báez, Kicillof, De Vido, Boudou, D’Elía, Florencia Peña, Andrea del Boca, Fariña, El Rossi, Schoklender, Hebe y Carlotto, Antonini Wilson, Chávez (desde donde esté), Néstor (está con Chávez), Forster, González, Laclau, Fito, León Gieco, Víctor Hugo, Echarri, Vanderbroele, La Cámpora, Scioli, Massa, la Play de Máximo, el jardinero, el cocinero, el chofer y el estilista de CFK.