Muchas veces se acusa a la UCR de vivir en permanente estado de “interna”, y se toma a esta situación como un defecto que aqueja a los radicales únicamente, como que, si uno es radical le gusta enfrentarse en continuas luchas intrapartidarias, y si uno pertenece a otra agrupación, pues no, las virtudes y defectos pasan por otro lado.

En mi opinión, esta afirmación de que las internas son un patrimonio exclusivo del radicalismo es absolutamente falsa, y la aceptación de que las diferencias internas son un defecto, es una falacia aún mayor que la anterior.

Por un lado, vale recordar la violenta interna (que terminó con alta traición) en la que el ex presidente Néstor Kirchner se enfrentó contra su “creador” y antecesor en la presidencia, Eduardo Duhalde. En aquella ocasión, y apenas asumido Kirchner, comenzó a “comerle” los adherentes al bonaerense, con una prontitud que dejaría como juego de niños a la sangría que ahora se produce desde el mismo kirchnerismo al massismo.

Internas que devienen en pases de tropas se han visto siempre en el peronismo, no olvidemos que el mismo Kirchner y su esposa supieron ser menemistas en los 90, antes de enfrentarse al riojano, con quien actualmente la Presidenta tiene un nuevo romance político.

Y en la izquierda las internas devienen en nuevos partidos que, más de una vez ante la diferencia, han optado por generar una nueva agrupación, que luego se reúne en frentes con sus antiguos correligionarios porque al final, sus diferencias no son para tanto.

Probablemente sea la derecha la que menos internas tiene, ya que su mentalidad “empresaria” los lleva a seguir, pragmáticamente, a quien más votos consiga, sin importar mayormente mucho más que eso.

Las internas son propias de la misma vida democrática. Salvo que uno se sienta un soldado, que está luchando una guerra, o un mercenario, capaz de venderse a un adversario, las internas van a seguir existiendo y son, por esto mismo, un signo de la tolerancia que quienes vivimos en democracia profesamos.

Yo puedo tener diferencias con otro radical, y las vamos a discutir, muchas veces “puertas afuera”, pero siempre entre personas que profesamos la misma ideología; y si nos diferenciamos, es porque creemos que son distintas las personas o distintos los métodos necesarios para llegar al mismo objetivo: una Nación en la que reine la institucionalidad, y en la que se produzca un desarrollo económico sustentable y territorialmente equilibrado, para que todos los habitantes del suelo argentino puedan vivir en paz, con armonía, y respetándonos unos a otros con salud, educación, seguridad y viviendas dignas.

Pablo R. Gómez

Lic. en Ccias. Sociales

Secretario del Comité provincia de la UCR Mendoza

Twitter: @prgmez