La diputada nacional Diana Conti presentó un proyecto que tiende a asignar carácter de salud pública a la prevención y tratamiento de la ludopatía en la República Argentina.

El proyecto viene a complementar, por vía de la legalidad, las regulaciones propias que actualmente tienen las industrias del juego en auto exclusión y retiro de cajeros. Ya que considera que resulta pertinente y adecuado poseer una normativa a nivel nacional ante el uso excesivo de los juegos de apuesta y azar.

El control será ejercido por Lotería nacional, que será el ente encargado de verificar el cumplimiento de esta ley en todos los establecimientos de su dependencia. Asimismo deberá habilitar centros de asistencia, garantizar los medios necesarios para la adecuada atención, orientación y tratamiento de los enfermos, promover campañas informáticas y preventivas permanentes, como también campañas educativas para niños, adolecentes y jóvenes. Se implementara la creación de una línea telefónica de acceso gratuito y un sitio web en los que se dispondrá de información relacionada a la ludopatía, como centros de atención, tratamientos, etc.

Otro de los puntos importantes del proyecto es que obliga a que se retiren los cajeros automáticos de las salas de juego habilitadas, visto que estos facilitan la disposición de dinero a los apostadores, mas allá del dinero con el que cuenten efectivamente, atreves de los sistemas de préstamos pre-aprobados o adelantos en efectivo de las tarjetas de crédito, siendo estos factores determinantes en la agudización del problema de estos adictos.

Diana Conti aclara que “este proyecto no busca limitar las libertades de las personas, sino, ayudar al ludópata, a que por decisión propia, se recupere”.

La ludopatía es un trastorno reconocido por la Organización Mundial de la Salud. Se entiende por Ludopatía o Juego Patológico, a la alteración progresiva del comportamiento a través de una inhabilidad para resistir los impulsos a apostar.

Este comportamiento llega a alterar significativamente el funcionamiento a nivel personal, familiar, financiero, ocupacional o social del ludópata ya que este es una persona que no puede dejar de jugar. Quizá pueda detenerse por un día, por una semana o hasta por un mes, pero siempre recae en el mismo patrón negativo de conducta.

Es sabido que el juego compulsivo produce una sensación narcótica, de desligamiento del mundo y de sus responsabilidades, lo cual deriva en estados posteriores de depresión y desesperanza o de furia y brutalidad.

Se busca proteger al ludópata creando un registro de autoexclusión donde toda persona podrá solicitar la inscripción en dicho registro. Lo que implicara que, el adicto al juego, al anotarse en este registro voluntario, no podrá ingresar a salas de juego y apuestas por un mínimo de 6 meses, pasado este lapso de tiempo el autoexcluido podrá solicitar que se lo retire del registro, lo que le permitirá volver a ingresar a los establecimientos.