Luego de dos años de idas, venidas y de apoyos y rechazos la legislatura se apresta a aprobar una norma. En 2012, el legislador del Pro José Luis Acevedo presentó un proyecto de ley para crear un marco regulatorio para la entrega de permisos de usos precarios en espacios verdes de uso público que tengan una superficie mayor a 50.000 metros cuadrados.

Con esa iniciativa se otorgarían permisos de uso precario a locales destinados al expendio de alimentos y/o bebidas envasadas que deberán cumplir con una serie de requisitos para obtener el permiso, como, por ejemplo el ofrecimiento de los siguientes servicios: sanitarios accesibles de uso público y gratuito; una estación de vida saludable que deberá contemplar como mínimo una zona de descanso e hidratación gratuita a los que realicen ejercitación física; estacionamiento de bicicletas; servicio de alquiler de bicicletas ofrecidas por el Gobierno porteño, conexión a internet gratuita y una biblioteca.

De movida, la iniciativa fue eje de grandes discusiones y transitó las comisiones de Protección y Uso del Espacio Público, Desarrollo Económico y Presupuesto, pero recién pudo tener luz verde, de manera parcial, a fines del 2013.

En ese entonces, el Pro consiguió el apoyo de un sector de UNEN, pero no del Frente para la Victoria, que aún mantiene y profundiza sus críticas y su rechazo al proyecto.

Al ser una ley que requiere de doble lectura, fue sancionada en primera instancia el 7 de noviembre de 2013, pero debió pasar por audiencia pública el 19 de marzo de este año, donde se inscribieron noventa y tres participantes y se propusieron una serie de modificaciones que ya se adhirieron al expediente original.

Ahora resta que baje al recinto para su sanción definitiva el jueves 8 de mayo, algo que desde el oficialismo dan por sentado que sucederá. El último avance se dio el 8 de abril de este año cuando la Comisión de Protección y Uso del Espacio Público firmó un despacho de mayoría habilitando su tratamiento en una futura sesión.

Lo que se sumó al proyecto aprobado en 2013 es la obligatoriedad de los locales de expendio de bebidas y comidas que se instalarán, de ofrecer al público alimentos aptos para celíacos, para vegetarianos y productos light. También, se modificó la zona de exclusión por lo que cada bar debería erigirse a 70 metros del otro.

En esa oportunidad, el despacho mayoritario fue firmado por los diputados oficialistas Juan Pablo Arenaza, José Luis Acevedo, Agustín Forchieri, Lía Rueda, Cecilia Dellatorre y Agustín Forchieri.

Mientras que las legisladoras del FpV María Rachid y Paula Penacca firmaron, junto a Pablo Bergel de Verde Alameda, un despacho de minoría.

Por su parte, la diputada porteña de Confianza Pública Cristina García Aurteneche se abstuvo de votar.

En la iniciativa propuesta por legislador que responde al senador nacional Diego Santilli, se aclara que la totalidad de los servicios a prestar deberán estar integrados en un solo núcleo de servicio y que la autoridad de aplicación (Ministerio de Ambiente y Espacio Público) elaborará los proyectos de “implantación y resoluciones tipológicas, alejadas de monumentos, estatuas y esculturas”.

Exigencias

En ese sentido, esa cartera deberá exigir a los concesionarios que incorporen criterios de arquitectura sustentable y tipologías uniformes que se complementen y articulen con el espacio periférico; equipamiento que asegure la separación de residuos en origen y su reciclado; y que abogue por la conservación de las especies arbóreas, arbustos, flora y mantenimiento del área.

Para fomentar y no dejar de lado la actividad deportiva, el proyecto contempla la instalación de una estación de vida saludable equipada con mobiliario para realizar ejercicios físicos e indica que en los casos en que el espacio público exista “más de dos áreas concesionadas”, se podrá incluir un local “apto para realizar medicina preventiva”.

La iniciativa de Acevedo también compromete al permisionario a que destine una porción del área destinada para el emplazamiento de una biblioteca que será administrada por la Dirección General del Libro y Promoción de la Lectura.

Además, quien esté a cargo de un área de servicio deberá garantizar la rotación de músicos y artistas callejeros quiénes percibirán como contraprestación económica exclusivamente lo recaudado bajo el formato denominado “a la gorra”.

El proyecto propone otorgar permiso de uso precario de un núcleo de servicio cada 50.000 metros cuadrados con separación mínima de 200 metros entre sí. Y se explicita que “en ningún caso” se podrá otorgar más de cinco núcleos de servicio en un espacio verde.

Prohibido

Un punto importante que se acordó entre los distintos bloques y que surgió luego de la audiencia pública, es que no se podrán habilitar núcleos de servicio cuando ya existan en las proximidades, y por fuera del espacio verde, los mismos usos o rubros habilitados. Por eso, se resolvió establecer un área de exclusión perimetral de 70 metros.

Según se detalla, estará prohibida la venta y exhibición de bebidas alcohólicas y cigarrillos; la instalación de carteles y toldos en el espacio exterior; y la construcción de instalaciones para cocción de alimento mediante el uso de leña o carbón.

El permisionario se verá obligado a realizar las inversiones y puesta en funcionamiento del núcleo, áreas y servicios conexos; la tramitación y obtención de las habilitaciones correspondientes; el expendio de alimentos y bebidas dentro del local; el mantenimiento y la limpieza diario de los sanitarios y las reparaciones que correspondieren, debiendo ser su apertura y cierre concordante con el horario del local de expendio de alimentos y bebidas.

A su vez, para cumplir con lo acordado, tendrá que instalar cámaras de seguridad e incluir dentro del personal del área de servicio un empleado con discapacidad por cada núcleo permisionado.