Por José Angel Di Mauro. Arrancó ShowMatch y si bien falta mucho para las elecciones, los políticos se ilusionan con la manera como vaya a rendirles la forma como sean caracterizados, o bien se preocupan por ser ignorados, o maltratados.
Sin que nadie le preguntara sobre eso, la diputada (muy) kirchnerista sacó el tema: “Hoy empieza Tinelli”, dijo, para aclarar luego que ella no lo veía más, porque la “cansó”. Cuando su interlocutor le recordó que en realidad el año pasado el vicepresidente de San Lorenzo no había estado en televisión, la legisladora masculló otra queja, para luego transparentar el origen de su inquietud: “Parece que se va a meter con nosotros… Vamos a ver qué dice”.
La breve anécdota trae a colación el grado de inquietud imperante en el oficialismo a partir de la reaparición del programa más visto. Y que a la cantidad de problemas que debe afrontar esta administración, se suma uno curioso, pero que no consideran menor: la vuelta de un Marcelo Tinelli al que imaginan decididamente en la vereda de enfrente.
En el gobierno creyeron que el popular conductor podría ser sumado como propio a partir de la compra de su empresa por parte del empresario K Cristóbal López. Solo consiguieron en cambio que se mantuviera fuera del aire en un año electoral como 2013, sin que ello evitara el traspié oficialista en las urnas. Pero descontaban que la balanza estaría de su lado con el acuerdo por Fútbol Para Todos que se frustró sobre la hora. Precisamente ese desentendimiento es el que despertó recelo en las filas oficialistas, convencidas de que Marcelo guarda rencor por eso que considera fue un “manoseo” y podría usar en consecuencia su capacidad de daño al aire.
Algo de eso ya ha hecho en la primera semana de su vuelta a la tele, si bien en el gobierno descuentan que el conductor no cruzará ciertos límites. En sus dosificadas referencias políticas, Tinelli se ha ocupado particularmente de resaltar su vínculo con las figuras que hoy ocupan los primeros lugares en las encuestas: Sergio Massa y Daniel Scioli, o al revés, según sea el sondeo de referencia. Las alusiones hacia sus “amigos” han sido permanentes, y en próximos programas seguramente se incluirá al hasta ahora tercero en los sondeos, Mauricio Macri, con quien el mandamás de ShowMatch mantiene buena relación.
Claro que el coqueteo de Tinelli ha despertado también celos entre esos amigos. Mientras esperan ver cómo es la caracterización que se le dedica a Massa, en su entorno no cayó bien el diálogo que a través de las redes sociales mantuvieron el conductor y el gobernador, planificando un partido de futsal para este domingo. El exintendente de Tigre siente que hoy por hoy juega un mano a mano con el gobernador bonaerense y de momento le preocupa no resignar posiciones en un marco de tanta exposición como el que le brinda ShowMatch.
De todos modos, se sabe que MT domina el arte del equilibrio y es así que podrá mostrarse jugando al fútbol en Villa La Ñata, pero no dejará de lado al líder del Frente Renovador, a quien no solo se espera muestre “canchero” al parodiarlo, sino también ha trascendido que tras bambalinas se podrá ver una personificación de la temperamental Malena Galmarini. Bien presentados, el diputado nacional sabe que esas cosas le rinden tanto o más que un reclamo airado en favor de una suba del mínimo no imponible.
El que en esta suerte de escenario político en el que promete convertirse el prime time de la TV parece perder terreno resulta ser el Frente Amplio UNEN, cuyas figuras no ofrecen demasiado atractivo para ser parodiados. Salvo Elisa Carrió, la más conocida de todos, pero que tanto ha despotricado contra Tinelli que no debería aguardar una caracterización demasiado positiva, más bien todo lo contrario de cómo la muestran en la misma pantalla, los domingos en el programa de Lanata. Los socialistas fruncen el ceño cuando piensan en cómo podría ser caracterizado el circunspecto y en la UCR contienen la respiración imaginando de qué manera mostrarán a Julio Cobos, si aparece. Al presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, le vendría de maravillas ser personificado, cualquiera fuera la forma, habida cuenta de que la falta de conocimiento público de su persona es su principal carencia.
En la vereda oficial, el que no gana para disgustos es el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien ya tiene bastante con la parodia que le dedica los domingos PPT a través de Oggi Junco. Tinelli por ahora sólo le ha dedicado alusiones bien directas, que aumentan el desasosiego del jefe de Gabinete tras haber sido quien motorizó las negociaciones con Ideas del Sur para cambiarle la cara al Fútbol Para Todos.
En rigor de verdad, ninguna de las expectativas del gobernador chaqueño en uso de licencia se ha cumplido desde su llegada a la Jefatura de Gabinete. Su nivel de conocimiento público es verdad que ha crecido, pero no necesariamente para bien; sus conferencias de prensa cumplen en cubrir una carencia oficial en materia comunicacional, pero despiertan cuestionamientos y lo dejan muy expuesto en su defensa del gobierno. Y su plan para erigirse en el candidato K para la sucesión, de momento se precipita verticalmente.
Con todo, deberán reconocerle a “Coki” cumplir el principal rol para el que fue convocado por Cristina: oficiar de coraza en el momento más complicado de la década kirchnerista y resguardar la figura presidencial en una coyuntura adversa, cosa que el jefe de Gabinete ha logrado con creces. En detrimento suyo, mal que le pese.
Así lo transmiten las encuestas de opinión, que no marcan un declive notorio de la imagen presidencial. Pero más que nada los sondeos que hoy se realizan buscan medir intención de voto, más que imágenes. Y así se difundieron los últimos días distintas encuestas realizadas para Scioli y Massa, que daban a ambos primeros, según quién las hubiera encargado. Equidistante, Raúl Aragón publicó un sondeo propio en el que el diputado del FR aparece primero, con una intención de voto de 25%, a siete del gobernador bonaerense. Dos puntos debajo de Scioli, con 16, Mauricio Macri completa el podio.
El trabajo se hizo sobre más de 3.000 casos y según Aragón, muestra que la brecha entre los dos primeros se mantiene, aunque Scioli la ha acortado. “Massa siempre sube o baja dos puntos, en cambio Scioli se mantiene estable; no crece, pero tampoco disminuye”, explicó el especialista, a quien llamó mucho la atención el crecimiento en dos puntos del jefe de Gobierno porteño. “Considerando que el indeciso se mantuvo igual, necesariamente le tiene que haber sacado un puntito a cada uno de sus predecesores”, calculó.
Párrafo aparte merece el Frente UNEN, donde aparecen Cobos (10,8%) y Binner (10,6%) en un virtual empate técnico. La pregunta es si esa intención de voto se sumaría tras las PASO. De ser así, podrían estar disputando el balotaje.
Ese es un pantallazo de las perspectivas de 2015, a un año del cierre de listas para las PASO. Demasiado tiempo aún para que lo que muestre Tinelli por TV, que tanto ilusiona a algunos y preocupa a otros, pueda resultar determinante en las urnas.
A todo esto, la pregunta del millón es qué margen de maniobra hubiera tenido Marcelo si finalmente hubiera firmado el contrato para transmitir los partidos de fútbol. En una de esas le hicieron un favor.
