Salió al cruce del informe de la semana pasada en Periodismo Para Todos, en el que se hizo hincapié sobre sus bienes. El lo atribuyó a la intención de “dañar” a La Cámpora.
Luego de haber sido uno de los ejes del programa de la semana pasada de Jorge Lanata en Canal 13, el diputado nacional Eduardo “Wado” de Pedro salió a defenderse a través de una carta que difundió entre los medios, en la que consta el detalle de su patrimonio.
El joven legislador integrante de La Cámpora atribuyó al equipo de Periodismo Para Todos la intención de “echar un manto de duda” sobre el origen de su patrimonio y el objetivo de “dañar el nombre de la organización política” a la que él integra.
Respecto a sus bienes, informó ser propietario de un campo en el partido de Mercedes, “tal como consigné en todas mis declaraciones juradas. Las 89 hectáreas son fruto de una herencia que recibí de mi madre, desaparecida por la última dictadura militar. El campo pasó a ser parte de mi patrimonio en el año 1995, hace casi 20 años”.
“En los años 1997 y 1998, mis padres Lucila Révora y Enrique de Pedro, respectivamente, fueron indemnizados por parte del Estado nacional (Ley Nº 24.411). Tal reparación fue destinada a todas las víctimas de desaparición forzada o fallecidos por el accionar del terrorismo de Estado. Esas indemnizaciones –cada una de 224 mil dólares– entraron en la sucesión que como único heredero recibí en su totalidad”, informó.
Con parte de ese dinero dijo haber comprado un departamento en Capital Federal, de 56 m², que fue adquirido el 1 de mayo del año 2000, en tanto que en 2005 adquirió un local comercial en la ciudad de Mercedes.
“En el año 2009, con fondos propios provenientes de la explotación agropecuaria, adquirí un lote en Altos de Mercedes SA”, agregó De Pedro, que concluyó aclarando que “las sociedades que integro son el modo normal y tradicional de ejercer la producción y el comercio agropecuario regulado en la leyes del país”.
En la nota, el diputado kirchnerista denunció que “algunos periodistas quieren saldar la pelea política de su jefe atacando a personas, y esto le hace mal al país y a la política”, al tiempo que dejó sentados los datos de sus bienes, “aun cuando son públicos y todos ellos constan en las declaraciones juradas que año a año he presentado, para evidenciar las omisiones maliciosas referidas, cuyo único objetivo es echar un manto de duda sobre el origen de mi patrimonio y dañar el nombre de la organización política a la que pertenezco”.
