Una nueva propuesta sobre los trapitos fue presentada por el bloque Nuevo Encuentro. La iniciativa propone crear un “registro de postulantes” para realizar la actividad. Las diferencias con el proyecto del Pro.
Por Gonzalo Palese
En el marco de la discusión sobre los “trapitos” y su “legalidad”, el bloque Nuevo Encuentro Aires presentó otra iniciativa de ley que estipula la creación de un “registro de postulantes” para llevar adelante la actividad de los denominados cuidadores de vehículos.
Los legisladores de Nuevo Encuentro: Gabriela Cerruti, José Campagnoli y Edgardo Form, proponen modificar el Código de Habilitaciones y Verificaciones para establecer un marco regulatorio que indique cómo podrán ejercer la actividad los “permisionarios” (los cuidacoches) y, también, el artículo 79 del Código Contravencional que indica las multas correspondientes para quienes oficien de “trapitos” sin pos eer la autorización del Estado.
El permiso sería otorgado a las personas, mayores de 18 años, que se ocupen de cuidar vehículos estacionados en los lugares de la vía pública que “determine la autoridad de aplicación a propuesta de las Comunas”.
Deberá garantizarse una equidad de género, un cupo mínimo del veinte por ciento para personas con discapacidad y otro igual para adultos mayores.
Actualmente, sólo pueden obtener el permiso las personas mayores de dieciocho años de edad que posean una “aptitud física disminuida, que no posean ingresos suficientes para la atención de sus propias necesidades y las de su grupo familiar y que acrediten buena conducta”. Por lo que la iniciativa de los diputados aliados al Frente para la Victoria, amplía el espectro de personas que puede realizar esa labor.
Las autorizaciones serían de carácter precario, personal e intransferible, por un plazo máximo de dos años, pudiendo ser renovados por un único periodo igual al originalmente otorgado.
Como se explicó antes -y el proyecto aclara- los permisos se otorgan a propuesta de las comunas, tomando en consideración el tiempo en que desarrollan sus actividades y la ubicación de ferias o mercados; escuelas, universidades y otros centros educativos; teatros, cines, centros culturales y de exposiciones u otros centros de entretenimiento de carácter masivo; estadios, clubes y otros centros deportivos.
Por otra parte, se modificaría el artículo 79 del Código Contravencional y se indica que quien lleve a cabo la actividad sin autorización legal será sancionado con uno a dos días de trabajo de utilidad pública o multa de 200 pesos a cuatrocientos pesos.
Cuando exista previa organización, la sanción será de uno a cinco días de arresto o multa de ochocientos a dos mil pesos.
Encuadramiento
El proyecto de Nuevo Encuentro sostiene que los permisionarios estarán obligados a vender una tarjeta de estacionamiento a un precio que deberá fijar el Ejecutivo.
Pero esto se llevará a cabo únicamente en las zonas que el Gobierno de la Ciudad disponga que los cuidacoches puedan trabajar y en determinadas franjas horarias.
Además, quienes oficien como “trapitos” deberán exhibir la credencial indentificatoria; cuidar que no se produzcan daños en los vehículos estacionados; dar inmediata alerta frente a situaciones que lo ameriten, ya sea a la autoridad policial o al Ministerio Público Fiscal de la Ciudad; facilitar a los conductores las maniobras relacionadas con el estacionamiento; y asistir a los cursos de educación vial que se dicten desde el Estado porteño.
Desde Nuevo Encuentro manifestaron a Semanario Parlamentario estar en contra de la iniciativa elevada por el partido que gobierna la Ciudad y a favor de encontrar un camino en conjunto con el FpV para sintetizar ambos proyectos.
“El Pro intenta vincular la problemática de la inseguridad a temas de convivencia urbana, como el funcionamiento de los trapitos. Intentan estigmatizar esa actividad y asociar pobreza o marginalidad con delincuencia”, analizó el diputado porteño de Nuevo Encuentro, José Campagnoli.
Mientras que su compañero de bloque, Edgardo Form, contó que el objetivo de la iniciativa es “evitar abusos y dar un encuadramiento de dignidad a personas que no tienen otras posibilidades”.
A su vez, resaltó que su proyecto “no comparte la idea represiva y prohibitiva que impulsa el Gobierno de la Ciudad”.
En torno a los parecidos entre dicho expediente y el presentado por el kirchnerismo, Form explicó que la normativa propuesta por el sabbatellismo se erige “con el ánimo de instalar el debate y hacer síntesis entre los dos proyectos”.
Por último, Campagnoli recordó que “hay que enfrentar a las redes ilegales que muchas veces tienen vínculos con el poder político, la policía y las barrabravas”, algo en lo que coinciden los cuatro bloques que presentaron medidas sobre los cuidacoches.
