El oficialismo porteño no cuenta con la mayoría en la Legislatura, sin embargo ha logrado sancionar leyes importantes para la gestión de Mauricio Macri, merced a acuerdos puntuales con el FpV o con el interbloque UNEN.
Por Gonzalo Palese
Hasta el año pasado, al partido que gobierna la Ciudad de Buenos Aires le costaba sumar acompañamientos de la oposición para sancionar leyes importantes. Luego del recambio legislativo, el interbloque kirchnerista y el de FAUNEN, le facilitaron esa tarea.Si bien durante el 2013, el Pro consiguió en la Legislatura el apoyo del Frente para la Victoria en algunas iniciativas como la primera lectura del Plan Maestro para la Comuna 8 o el estacionamiento medido, lo cierto es que nunca encontró, y siempre buscó, un aliado más que lo acompañase en momentos en que el Frente para la Victoria no estaba dispuesto a hacerlo.
Luego de las elecciones legislativas de octubre, el frente UNEN todavía no estaba enteramente formado en el recinto porteño, por lo que el macrismo se encontraba con legisladores desperdigados en distintos partidos, que si bien eran parte del acuerdo a nivel nacional todavía no lo habían sellado en el Parlamento de la Capital. Esos bloques eran la UCR, Proyecto Sur y la Coalición Cívica.
Una vez renovada la Legislatura, producto de los comicios electorales, y para la primera sesión, los once diputados que provenían de la coalición de centroizquierda aceptaron formar el interbloque UNEN divididos en seis bloques: Coalición Cívica, Partido Socialista, Proyecto Sur, SUMA +, Partido Socialista Auténtico y Verde Alameda.
Este acuerdo se ubicó como la tercera fuerza del Deliberativo porteño, detrás del Pro y del Frente para la Victoria. Al ingresar ese conjunto de legisladores, la duda pasaba por conocer el perfil que exhibirían y la posibilidad de votar en conjunto con el macrismo o, en la otra vereda, trabajar como una oposición fuerte y dispuesta a disputarle el poder a los dirigidos por Mauricio Macri en 2015.
Primera movida. En primera instancia, el interbloque UNEN se jugó más por esta última posición cuando salió a denunciar a viva voz el convenio con el juego aprobado por la Legislatura el 9 de diciembre de 2013, gracias a los votos del Pro y del kirchnerismo.
El 24 de enero de este año, en diálogo con Semanario Parlamentario, el jefe de bloque de SUMA +, el radical Hernán Rossi, aseguró que UNEN “no sólo que no se va a desmembrar, sino que se va a consolidar y va a crecer”, en el marco de un espíritu combativo y del nacimiento de una nueva fuerza alternativa al Pro. En la misma oportunidad, confesó su deseo de que para mitad de año ese interbloque sea un solo bloque; algo que, por lo menos hasta ahora, está lejos de suceder.
Con el paso del tiempo, la postura combativa del FAUNEN se fue diluyendo y gran parte de sus legisladores, aunque no todos, comenzaron a votar junto al oficialismo. Este escenario se potenció con el reparto de comisiones, que dejó con una sonrisa grande a más de uno.
Ese panorama, hizo variar los pensamientos del macrismo y lo motivó a girar el timón. El oficialismo porteño, aprovechando las diferencias hacia adentro de UNEN, supo identificar con quienes sería más fácil “negociar” y con quienes, directamente, ni acercarse a dialogar, porque la posibilidad de una alianza, en pos de sancionar leyes juntos, sería imposible.
Es que el Pro, por lo menos en la Legislatura de la Ciudad, entendió que en vez de seguir cuestionando al acuerdo forjado entre Pino Solanas, Elisa Carrió, Martín Lousteau y los radicales, por sus diferencias y apostando a que se iba desmembrar rápido, decidió explotar esas diferencias en su favor. De ese modo, nació un nuevo aliado para el macrismo en el Parlamento local.
A sabiendas de que no puede contar con los votos del kirchnerismo en ciertos temas, el bloque mayoritario del recinto porteño comenzó a acercarse cada vez más a los miembros de UNEN. Llamó mucho la atención la decisión de ampliar la cantidad de integrantes de la estratégica Comisión de Presupuesto a la que se sumó Gustavo Vera, quien es un constante opositor al macrismo y ha denunciado varias veces a funcionarios del Pro.
Algunos, vieron a esta jugada como un intento para bajar los decibeles del titular de la fundación La Alameda, pero eso no ocurrió. Desde el despacho del legislador, también integrante de UNEN, aseguraron que participar de esa comisión era un reclamo propio de Vera desde que se decidieron los lugares en todas las comisiones permanentes y en las juntas.
Buscando el equilibrio
La decisión del Pro de jugar a dos puntas no es nueva, ya la realizaba desde el año pasado. Se acercaba al FpV para determinadas leyes y buscaba a los radicales y a la Coalición Cívica y a Proyecto Sur para algunas otras.
Pero, en lo que va del 2014, esa estrategia se profundizó y como prueba de esto pueden citarse las últimas sesiones ordinarias de la Legislatura y el tratamiento de ciertos expedientes que levantaron polémica.
Quizás el más resonante fue el convenio firmado entre la Nación y la Ciudad que habilita el traspaso de todos los excentros de detención clandestina hacia la órbita del Gobierno nacional, quien los manejará y administrará por completo a partir de ahora.
De movida, UNEN se mostró en contra de la propuesta, y una de sus legisladoras, María Inés Gorbea, fue quien primero denunció el “vaciamiento” del Instituto Espacio para la Memoria (IEM) y el temor de sus empleados a perder su fuente laboral.
Al ser un acuerdo entre ambos gobiernos, la posición del Frente para la Victoria era cantada pero no la de sus aliados. En esa votación, el interbloque kirchnerista se resquebrajó producto de que Aníbal Ibarra del Frente Progresista Popular y Gabriela Cerruti de Nuevo Encuentro no estaban de acuerdo con el traslado que finalmente se aprobó el 8 de mayo.
En esa misma sesión, el Pro hizo gala de su capacidad para negociar con ambos interbloques y logró que UNEN lo acompañe en el proyecto para instalar bares en parques públicos, un expediente que el macrismo venía trabajando desde el 2012 y que, sin el apoyo de algunos bloques de ese frente, jamás hubiese encontrado el visto bueno.
Lo mismo sucedió con un pedido de endeudamiento por 185 millones de dólares, o su equivalente en otra moneda, para amortizar los pasivos de la Ciudad de Buenos Aires. Ese jueves 8 de mayo, el Pro contó con el acompañamiento de UNEN y con el rechazo tajante del kirchnerismo.
Así las cosas, el Pro encontró en UNEN un aliado que le permite avanzar en ciertas normativas que el kirchnerismo nunca acompañaría. Y cuando el frente UNEN se abroquela y decide votar por la negativa los pedidos del macrismo, el bloque mayoritario sale en busca del Frente para la Victoria que, en determinados casos, suele responderle la solicitud. El Pro encontró, entonces, el famoso “equilibrio legislativo”.
