La premisa de la presidenta Cristina Kirchner -al igual que para las presidenciales- es que sus jugadores jueguen todos por el cargo que dejará Daniel Scioli. Ante el heterogéneo escenario, la incógnita pasa por saber si el candidato será un “puro” o uno más moderado.
El final del mandato de Daniel Scioli como gobernador de la provincia de Buenos Aires se acerca y su transición despierta un sinnúmero de especulaciones en el kirchnerismo. Así, tanto desde el núcleo duro como hasta los más moderados sueñan con heredar el territorio más populoso de la Argentina, provincia que el peronismo gobierna desde hace 27 años.
Pero ante la falta de un candidato de peso que garantice la continuidad, se dio “vía libre” para que se anoten los que quieran para competir por la candidatura a gobernador. Esa pequeña puerta que abrió el PJ y que tiene como principal objetivo evitar nuevas fugas, habilitó a cada postulante a comenzar a diseñar su estrategia.
Insaurralde quiere dar pelea
Quien lidera las encuestas para suceder a Scioli es el diputado nacional Martín Insaurralde, bien electoral que disputa también el massismo. Según la consultora Hugo Haime & Asociados, el intendente de Lomas de Zamora con pedido de licencia, tiene un 21 por ciento de intención de voto, seis puntos por arriba del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien adelantó que peleará por la presidencia.
Además, tiene un nivel de conocimiento cercano al 80 por ciento, gracias a la intensa campaña que realizó en el 2013, pero también a raíz de su constante presencia en los grandes medios, sumado a sus recorridas por la Provincia.
Lejos del kirchnerismo duro, Insaurralde intenta posicionarse con un discurso moderado, haciendo foco en el desempleo, la seguridad y la educación. “Martín escucha los reclamos de la gente, de los vecinos, y por eso trabaja a diario con los intendentes, porque son ellos los que tienen el acceso a los ciudadanos”, afirman desde su entorno. De hecho, su relación más fluida es con los intendentes más jóvenes, muchos de ellos nucleados ahora en los Oktubres.
Insaurralde es, además, el candidato que prefiere Scioli, aunque eso no es una garantía, ya que tampoco lo es la postulación del mandatario a presidente de la Nación por el FpV. La candidatura de Scioli es vista con buenos ojos por el propio Insaurralde, para quien el mandatario provincial “merece su oportunidad” en el máximo cargo.
Pero no todas son buenas para Insaurralde. Son varios los intendentes y dirigentes K que lo miran con desconfianza y cuestionan su juego al filo. Critican, también, sus constantes fotos con Sergio Massa y su discurso “poco comprometido”. “No se gobierna con frases pintorescas dichas en algún programa de farándula, ni andando por ahí con bataclanas”, sentenció su par de bancada, Carlos Kunkel, dejando sentada la posición más dura del kirchnerismo.
Los Oktubres con candidato propio
La liga de intendentes kirchneristas jóvenes denominada Los Oktubres también tiene un candidato para pelear por la gobernación. Se trata del mandamás de Berazategui, Juan Patricio Mussi, cuya postulación cuenta con el apoyo del ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, una pieza clave en el esquema K.
Además de Mussi, integran este grupo de jefes comunales sub 45 los intendentes Francisco Durañona (San Antonio de Areco), Francisco Echarren (Castelli), Eduardo Bucca (Bolívar), Santiago Maggioti (Navarro), Hernán Yzurieta (Punta Indio), Juan Pablo Anghileri (General Rodríguez) y Juan Pablo De Jesús (Partido de la Costa).
Su nombre comenzó a resonar como posible candidato cuando en el mes de mayo la propia presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, junto al secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, dieron su bendición a Los Oktubres en un encuentro que selló en una foto el explícito apoyo.
“No es una antojo mío, me lo han propuesto y me han dicho que lo que se hizo en Berazategui se traslade a la Provincia. Lo lindo que hizo mi viejo -en referencia al actual diputado provincial Juan José Mussi- y yo pude continuar, el modelo de Berazategui industrializador, se hizo con el viento a favor del Gobierno nacional. Este mismo viento a favor hizo acá lo que en otros lugares no se realizó”, afirmó Mussi, ya lanzado como precandidato a gobernador.
“Amo Berazategui, pero veo cosas estructurales en la Provincia. Me gustaría ser parte de la discusión. Hablar de candidaturas es fuerte, hay mucha responsabilidad. Berazategui cambió radicalmente. Ese modelo se puede llevar a la Provincia”, concluyó el jefe comunal, quien comenzará a recorrer el territorio en los próximos días con el objetivo de sumar adeptos.
Mariotto y el apoyo K
El vicegobernador Gabriel Mariotto es otro de los que se autopostula como candidato. El ex titular del COMFER arribó a la Legislatura provincial para “controlar” a Daniel Scioli. Sin embargo, su actitud fue mutando con el tiempo y, en sintonía con su alejamiento de la Casa Rosada, la mira la puso en la Provincia.
Aunque posee un nivel de conocimiento aceptable, el titular del Senado provincial tiene demasiada imagen negativa, ligada al kirchnerismo duro y La Cámpora. De hecho, son esos sectores quienes potencian su candidatura, siendo la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien vicefera abiertamente esos deseos: “Mariotto Gobernador, puro corazón”.
“Compañera, el apoyo que recibo de usted y de las Madres me deja tranquilo, me llena de orgullo. Es, para mí, la prueba de que estamos ayudando a construir las baldosas de este camino de profundización de este proyecto nacional y popular. Gracias por tus palabras, gracias por tu lucha querida Hebe”, contestó Mariotto.
En su armado se anotan legisladores, intendentes y dirigentes del ala más radicalizada del kirchnerismo. Con un discurso alineado con Nación, su principal competidor en la carrera por la gobernación es un viejo conocido. Se trata de Martín Insaurralde, a quien conoce de Lomas de Zamora, distrito en el que Mariotto no logra hacer pie y su ámbito de acción se limita al círculo académico. El número dos de la Provincia, es decano de la Universidad de Lomas de Zamora.
Las aspiraciones de Bossio. El director de la Anses, Diego Bossio, es otro de los que avanza en su candidatura para suceder a Daniel Scioli en la gobernación bonaerense. Con una agenda apretada, el tandilense intensifica sus recorridas y se muestra con intendentes afines.
Desde mediados del año pasado, el funcionario nacional comenzó a darle una impronta más política a su rol institucional, en especial en sus recorridas por el territorio bonaerense, destacando algunas de las medidas del Gobierno nacional, como por ejemplo la implementación de la Asignación Universal por Hijo, y a través de hechos concretos, como la entrega de netbooks para alumnos de escuelas de todo el país.
Si bien centra su discurso en la gestión, de a poco se atreve a las apreciaciones políticas. Por caso, días atrás encabezó un acto con la militancia en la ciudad de La Plata y tuvo palabras muy duras para Martín Insaurralde, el principal competidor puertas adentro: “La política del amague no ayuda a nadie”, dijo.
De Matanza a La Plata
Fernando Espinoza es el intendente del municipio más importante del país, La Matanza, un bastión clave para el peronismo. Heredó el distrito de su jefe político, Alberto Balestrini, y gracias a sus buenas performances se convirtió en un referente K. Tiene buena relación con la presidenta y una sintonía estratégica con Daniel Scioli. “De mutua conveniencia”, aseguran.
A mediados de 2013, tras consagrarse como presidente del PJ bonaerense, fue cuando comenzó a seducirlo la idea de ser gobernador. Sin embargo dar el salto de “la quinta provincia” de la Argentina no le será fácil. Pese a la masiva campaña publicitaria que desplegó durante el verano pasado en la costa atlántica, su desconocimiento sigue siendo alto. Además, los índices del distrito no lo benefician y su desconocimiento del interior provincial le juega en contra.
Randazzo y Domínguez quieren pelear arriba
Florencio Randazzo y Julián Domínguez, dos dirigentes del interior bonaerense, tienen pergaminos sobrados como para ser candidatos a gobernador. Ambos cuentan con un fuerte armado político, a base de intendentes y legisladores propios. Sin embargo, tanto Randazzo como Domínguez tienen aspiraciones presidenciales.
“No voy a ser candidato a gobernador, ni quiero ser ministro de nadie”, afirmó días atrás el ministro del Interior y Transporte, quien consideró “bueno que el FpV tenga varios postulantes porque quien mejor represente el modelo de esta década lo decidirá el conjunto de la sociedad con el voto”.
Más cauto, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación no confiesa sus aspiraciones, pero tampoco las niega. Desde su entorno promueven su postulación y Domínguez está lanzado a recorrer el país de cara al 2015.
“Nuestro desafío es multiplicarnos por todo el territorio nacional”, aseguró el exministro de Agricultura al concluir el encuentro plenario del Grupo San Martín, en Mar del Plata, a mediados de Mayo.
Frente a este escenario, para que alguno de ellos “baje” a la Provincia se debe dar un escenario distinto al que se avizora en este momento, donde ambos dirigentes competirían en las PASO frente a Scioli y el gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri, dos de los referentes del universo kirchnerista anotados en la pelea por el sillón de Rivadavia.
