Lousteau advirtió que por año se apuesta lo que equivale al reclamo de 15 millones de dólares de los holdouts y puso el foco en los casos de adicción. “Sospechamos fuertemente que hay lavado”, agregó.
En el marco de una audiencia sobre el rol del Estado y los juegos de azar, el diputado nacional Martín Lousteau (SUMA+ UNEN) consideró que “es inaceptable que el problema del juego no esté en agenda”, al advertir que “se apuestan 105.000 millones de pesos por año, que equivalen a los 15.000 millones de dólares que hay que pagarle a los holdouts”.
Así los manifestó Lousteau en la charla que encabezó en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA ante más de 150 personas. El panel que coordinó también estuvo integrado por los periodistas Luis Majul y Ramón Indart -autor del libro “El poder del Juego”-, la legisladora porteña Inés Gorbea y Darío “B”, miembro de la organización “Jugadores Anónimos”.
Asimismo, Lousteau detalló que en los baños de los casinos “el desecho que más se encuentra es el pañal descartable” que usan los jugadores compulsivos para no perder su lugar en las máquinas.
“Sospechamos fuertemente que hay lavado. Cualquiera que haya ido a un hotel casino, con habitaciones de 50m2 y esté vacío, sabe que algo raro está ocurriendo. El Estado tiene que hacer algo para contener este vicio y me parece inaceptable que este tema no esté en agenda”, añadió el diputado de UNEN.
A su turno, el periodista Ramón Indart expresó que “el Estado federal no se hace cargo del juego porque cada provincia legisla y regula de la manera que quiere”. Es hora de barajar y dar de nuevo, ver cuánto mueve un negocio que deja cada vez más dinero a los empresarios y menos al Estado nacional”, dijo. Además, reveló que cuando intentó consultar Cristóbal López por su actividad en el negocio, le respondió que “ya tenía medios”.
En tanto, la legisladora Gorbea señaló que “desde UNEN presentamos un proyecto de ley para controlar on line, y en tiempo real, a las máquinas tragamonedas, y para prohibir los cajeros automáticos dentro de los bingos y de las salas de juego”.
Darío “B”, miembro de la Asociación Jugadores Anónimos, remarcó que “el juego compulsivo no es reconocido como una enfermedad en nuestro país. Y un jugador nunca se cura pero sí se puede controlar”. Además, reveló que un jugador “tiene tres caminos: la cárcel, la locura o la muerte”.
Por su parte, Majul definió a los legisladores de UNEN como “valientes” por haber accionado contra el poder del juego.
La actividad, organizada por el Observatorio Urbano “Punto de Encuentro” (OUPDE), fue presentada por el secretario de Bienestar de la FCE-UBA, Federico Saravia.
