Este lunes el diputado nacional y secretario de Derechos Humanos de La Cámpora, Horacio Pietragalla Corti, visitó la provincia de San Luis, a raíz de las fotos recientemente difundidas (y tergiversadas) en los medios, de un hecho sucedido hace más de un año en la Penitenciaría de San Luis.

Habiendo quedado suficientemente claro que el Gobierno de la Provincia, en el inmediato momento en que sucedieron esos hechos repudiables, tomó todas las medidas disciplinarias que ameritaba el caso y reiteró su repudio recientemente, ésta visita no puede menos que sorprender, o por el contrario entenderse a la luz de un uso politiquero del asunto.

Esa segunda opción no me sorprendería, viniendo de un sector que ha pretendido una grosera apropiación de un tema tan sentido por el pueblo argentino como es el de los Derechos Humanos, para sacar de ello un provecho partidario y electoralista en desmedro de una causa nacional que, por definición, es de todos más allá de las banderas políticas.

Así como una verdadera política de Derechos Humanos va mucho más allá de descolgar cuadros, también va mucho más allá de hacer una visita a una penitenciaría y posar para las cámaras, sólo porque un año después de ocurrido un suceso ya solucionado, se difundieron fotos con gran impacto mediático. Me gustaría saber si el diputado recorre las cárceles de su provincia, que están bastante lejos de ser “modelo” como ésta de San Luis.

Trabajar por los Derechos Humanos de los reclusos no es hacer una visita simbólica. Es trabajar día a día por su bienestar –como lo hace el Gobierno Provincial- que ha logrado una cárcel modelo, e ir más allá de las condiciones de su encierro, pensando en el día en que recuperen su libertad y garantizarles una real inserción social, brindándoles una provincia pujante, con igualdad de oportunidades (y también se segundas oportunidades) en la que se puedan desarrollar plenamente. En San Luis no descolgamos cuadros: trabajamos para que cada uno pueda cumplir sus sueños.