Hace tres semanas, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció la implementación a partir del año próximo de nuevo documento de identidad. Este DNI “inteligente” incorporará un chip con datos personales y, de esta forma, permita “interactuar con servicios públicos y privados”.

Según el ministro, “cada persona podrá tener incorporados los datos de su historia clínica, de Anses, de PAMI y de la tarjeta SUBE, lo que simplificará y mejorará los trámites, evitando papeles y múltiples identificaciones”. Randazzo aclaró que no implica la obligación de cambiar el documento y que “como ocurre en España, incorporaremos nueva tecnología a medida que la gente se acerca a renovar su documentación”.

Aunque poco se conoce sobre el tema, el nuevo documentó se empezó a encontrar resistencia. Ávido de reflejos, el diputado nacional Alberto Asseff (UNIR-Frente Renovador) se adelantó al debate parlamentario y presentó un proyecto de ley para prohibir la emisión de este tipo de DNI con microchip o GPS.

Es que según el legislador massista, este tipo de documentos implica una “restricción de la libertad individual, vulneración al derecho a la intimidad o invasión a la privacidad mediante vigilancia del Estado”. No obstante, el proyecto de Asseff exceptúa de la prohibición a los datos de la historia clínica de la persona y su tipo sanguíneo.

“La instrumentación del DNI con microchip no puede hacerse so color de incorporar nuevas tecnologías, pero poniendo en riesgo derechos y garantías de honda raigambre constitucional como el de la libertad de conciencia, el derecho a la intimidad y a la privacidad, la no punibilidad de acciones privadas de los hombres, que quedan reservadas a Dios y exentas del conocimiento de los magistrados, etcétera”, planteó el legislador entre los fundamentos de su proyecto.

Y destacó que el sociólogo argentino Andrés Pérez Esquivel consideró que la implementación del chip “convertiría a la Argentina en el país con la vigilancia más invasiva del mundo”.

Pérez Esquivel consideró que “es imprescindible un debate público sobre estas tecnologías. Porque, tal como se planteó en Inglaterra, más que seguridad, van a traer más inseguridad”. Pero el Renaper aseguró que el sistema argentino no puede ser comparado con el británico debido a que en ese país no existe identificación basada en un sistema legal ni documento nacional de identidad.

Desde la Fundación Vía Libre coincidieron con las críticas: la especialista en derechos digitales Beatriz Busaniche señaló al diario Perfil que el anuncio representa un “avance innecesario y totalmente desproporcionado en relación con los datos que el sistema recopilará de cada habitante del país”.

Más allá de eso, Asseff recordó que en 2012 ya se había lanzado el DNI de “tapa celeste” en reemplazo de la libreta verde, por lo que planteó la sospecha de que “detrás de cada cambio hay un mero afán recaudatorio”.