Esta semana se votará en senadores el proyecto de ley presentado por el poder Ejecutivo, que establece el cambio de lugar de pago a quienes tienen bonos de la deuda externa argentina. Seguramente motiva esto que, a fines de septiembre nuestro país debe afrontar pagos a quienes entraron en su momento en el canje y el Banco de Nueva York, bajo la exigencia del juez Griesa, no aceptará los correspondientes depósitos. Es por tanto la ley, en esencia, una demostración de que hay voluntad de pago.

Reforzado esto por incluir en ella la decisión de depositarles también a los holdouts lo que les correspondería si hubieran entrado al canje.

Por tanto, no es correcto votar en contra, descalificándola como algo perjudicial para los intereses del país. No es cierto esto último. Tampoco lo es que se tienen que aceptar las sentencias de la justicia norteamericana a libro cerrado, como si no fuéramos una nación soberana que debe partir de sus intereses y no de los intereses de los sectores financieros internacionales, que han usado a aquélla para obtener un fallo insólito e ilegítimo.

Corresponde de todas maneras, también, tener presente que el proyecto presentado, en su primer artículo, pretende un aval a lo actuado por el kirchnerismo en los canjes del 2005 y 2010 intentando, así, barrer bajo la alfombra concesiones que se hicieron, por las que hasta hoy estamos pagando las consecuencias. A saber: no haber investigado la deuda, aceptar que la jurisdicción para controversias y el pago de la misma sean en Nueva York, entregar un cupón del PBI absolutamente oneroso en el tiempo, entre otras. Nunca estuvimos de acuerdo con eso, no lo vamos a conceder ahora.

Tampoco vemos bien que, por mezquinas intensiones electoralistas, el gobierno de Cristina Kirchner pretenda presentarle a la ciudadanía la imagen de que o se está con ellos, o con los buitres. Nosotros estamos muy en contra de la usura internacional y, paralelamente, somos muy opositores a este gobierno.

Es por ello que no vamos a votar la ley en contra, ni favorablemente. Nos vamos a abstener, como ya hemos dicho, en común con todos aquellos partidos y dirigentes de UNEN que compartan con nosotros esta postura.