En respuesta a los planteos formulados por el radicalismo, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich reconoció que “el número de cabezas de ganado bovino ha tenido una reducción en stock por habitante”. Lo atribuyó al desplazamiento en uso de superficies hacia otras economías: se redujeron 11 millones de hectáreas para la producción ganadera, dijo, lo cual implica consecuencias en producción de stock.

Habló también del problema del “destete”, y del peso mínimo de faena, que debe ser incrementado para producir más kilos del animal, dijo. Estimó que hay 138 frigoríficos en problemas y contó que hubo reuniones con el sector para encontrar soluciones, que incluyan tener una producción suficiente para el consumidor argentino, con un precio accesible.

“No es fácil ponerse de acuerdo y pretendemos generar los incentivos” para encontrar soluciones, aseguró. Puntualizó también que “un nivel de acuerdo con toda la cadena de valor nos va a permitir generar la necesaria asociación entre el productor, el exportador y sobre todo para que el consumidor tenga el acceso a carne de buena calidad”.

En referencia a la ley de abastecimiento, dijo que la ganadería tiene “una alta dispersión”, con muchos productores que tienen menos de 100 cabezas de ganado. “La ley lo que pretende es proteger al más débil”, aseguró.

“Si mantenemos una producción razonable” en materia de cultivos, dijo, “podremos abastecer la demanda externa en materia de trigo y la cadena de valor”.