Recordó el “asco” que le había dado el aplauso cuando la aprobación del acuerdo con Irán, el año pasado, y dijo no querer revivir esa experiencia.
La diputada nacional Elisa Carrió había anticipado que se abstendría en la votación del proyecto de pago soberano. Sin embargo esa posición varió, optando la diputada de la Coalición Cívica por abandonar el recinto a la hora de votarse la norma.
La explicación de su actitud la dio durante su discurso en el recinto, explicando que su actitud sería un “acto político” frente a un proyecto con el que no está de acuerdo.
¿Por qué no votaba en forma negativa? Porque “tampoco quiero votar en contra porque la situación es extremadamente difícil y alguien tiene que preservarse para la Argentina que viene”, explicó.
Al explicar su actitud, señaló que “cuando estuve en la aprobación del acuerdo con Irán, me tuve que ir del asco que me dio ese aplauso; yo ese asco no lo paso más. Ustedes no tienen derecho a hacernos pasar por esa vergüenza todos los años de su vida”.
Carrió dijo entender que “la situación es difícil, yo viví el aplauso del default en 2001, y no es que yo quisiera pagar la deuda”, pero apuntó que “lo que le interesa a la presidenta Cristina Kirchner, al ministro de Economía y al jefe de Gabinete es una ley de orden público que los exima de responsabilidad penal, es decir, necesitan una declaración expresa del Congreso para no ser sometidos a la ley penal”.
Para Carrió, lo que se estaba discutiendo era “la impunidad para el ministro de Economía”, y concluyó: “Una ley de impunidad no es ley y una ley que agrava la cuestión es peor”.
