“La incapacidad de los funcionarios del Gobierno para resolver un conflicto judicial produjo una nueva suspensión de pagos”, sostuvo el secretario general del bloque de Diputados de la UCR, Miguel Giubergia, quien tras fustigar duramente el papel del ministro Axel Kicillof, alertó que “la consecuencia directa de mantener este conflicto es que cerró, para el Gobierno y para todas las empresas del país, el acceso al mercado voluntario de crédito, el más líquido y barato del mundo”.

El diputado jujeño resaltó que “el Gobierno podrá no tener intenciones de buscar allí el financiamiento, pero las provincias y las empresas si lo necesitan y no tienen la maquinita de hacer billetes de Boudou”.

Para Giubergia, “esta es una ley innecesaria”, y resaltó que “el proyecto de ley carece de oportunidad y relevancia. Entendemos que la forma adecuada de lograr un real avance en la resolución del conflicto de la deuda originado en la suspensión de pagos de 2001, es obrar de acuerdo a las condiciones contractuales oportunamente acordadas en las reestructuraciones de los años 2005 y 2010 y se respetará así la voluntad de los tenedores de deuda soberana corriente”.

Compartió su tiempo con Giubergia el el vicepresidente de la Comisión de Presupuesto, Miguel Bazze, quien alertó que “a partir de esta ley estamos debilitando sin ninguna duda la posición del Estado argentino, nos estamos haciendo cargo de la responsabilidad, estamos incorporando la posibilidad de que se nos demande por no cumplir como corresponde con los contratos, y todo esto es consecuencia de la falta de seriedad, responsabilidad y de capacidad con la que el gobierno argentino asumió este debate”.

“Es tiempo de que el gobierno entienda que ya no se trata de sostener un relato, que se trata de empezar a resolver problemas”, dijo Bazze y recordó que durante las negociaciones con el Club de Paris “desde distintos sectores de la oposición se le reclamaba al gobierno que asumiera una posición más responsable. Advertíamos que íbamos a tener que terminar pagando y que lo mejor era asumir con responsabilidad esa negociación. Desde el Gobierno se nos acusaba incluso que lo único que nos interesaba era pagar. Finalmente, lo que ocurrió fue que de la noche a la mañana el Gobierno fue corriendo a cerrar con el Club de Paris, en las condiciones que desde el Club de Paris se le impusieron y en 14 horas se terminó un acuerdo que nos costó 3000 millones más de lo que podríamos haber pagado como consecuencia de la falta de capacidad y de gestión del gobierno”.

Más tarde el diputado Fabián Rogel anticipó que “los diputados oficialistas van a intentar por todos los medios de colocarnos a quienes no votemos a favor como diputados que no entendemos la gravedad del problema financiero en que se encuentra el país”.

“En lo personal no me afecta la diatriba de ningún tipo de calificación que pueda hacer. pues hace 30 años o mas que tengo en claro cuales son los intereses del sistema financiero internacional y como ha funcionado desde la dictadura para acá el sistema financiero argentino”, destacó el legislador, para quien “este proyecto de ley en términos jurídicos es un vano intento por abrir una expectativa política, y no por solucionar el problema de fondo que tiene la Argentina”.