La resolución Nº 422 del Senasa que dispuso limitar al 31 de diciembre del año en curso la ejecución de los convenios de administración, cooperación, asistencia técnica y/o fortalecimiento institucional celebrados hasta el presente con la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica (FUNBAPA), poniendo fin así a un viejo sistema de control en la Patagonia, abre un abanico de posibilidades de las que el Estado pareciera dispuesto a hacerse cargo y asumir en un todo, dado el nuevo perfil y las potencialidades de la región en lo que a producción respecta.

Se trata de asumir un nuevo desafío para el Estado que radica en la importancia que adquirió en los últimos años el nuevo perfil sanitario de la región norpatagónica y que por lo tanto requiere de nuevas reglas de juego en las que el Estado –según esta resolucion- está dispuesto a asumir completamente. La decisión la hizo pública el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Carlos Casamiquela, en el marco de su visita a General Roca, Río Negro, donde destacó que la iniciativa fue tomada “porque la Patagonia adquirió un perfil sanitario que abre puertas al futuro y porque se recuperaron las capacidades estatales para su atención” y fue muy bien recibida por todos los sectores.

El conflicto por el desfinanciamiento de Funbapa tomó relevancia y se hizo oir justo cuando la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) se disponía a hacer los controles necesarios para declarar la Patagonia Norte libre de aftosa sin vacunación. Fue necesario llegar a la suspensión de los controles de calidad, para que el Senasa tomara el toro por las astas y decidiera dejar de delegar una responsabilidad propia, como lo es el control sanitario en una zona en permanente crecimiento.

Se trata nada más y nada menos de una importante y diversificada producción ya que en la región norpatagónica, en lo que respecta a la dimensión social y a la ocupación territorial, se destacan las siguientes actividades productivas:

• Ganadería: 10.161 productores con 8.128 establecimientos que ocupan aproximadamente 23.300.000 hectáreas donde pastaron, durante el año 2013 3.100.000 cabezas de ganado bovino, ovino, caprino y equino.

• Porcicultura: 939 establecimiento con 36.000 cabezas de ganado porcino.

• Avicultura: 47 establecimientos.

• Fruticultura: 2.605 productores con 4.431 establecimientos que ocupan 49.576 hectáreas.

• Vitivinicultura: 297 productores con 3.697 hectáreas.

• Agricultura y Horticultura: 4.800 hectáreas cultivadas con cereales, oleaginosas, forrajes, verduras y hortalizas.

• Apicultura: 660 apiarios.

• Acuicultura: 17 establecimientos.

• Cría de ciervos: 19 establecimientos.

Las principales producciones primarias anuales de las actividades agropecuarias que se desarrollan en el área son las siguientes: 1.600.000 toneladas de frutas de pepita y carozo; 55.000 toneladas de carne de aves; 50.000 toneladas de carne bovina, ovina, caprina, porcina y equina; y 15.000 toneladas de pescados y moluscos.

El estatus zoo y fitosanitario diferenciado con el que cuenta la región patagónica respecto del resto del país, permite a sus productores colocar su producción en a los mercados internacionales más exigentes (Unión Europea y Estados Unidos). Así el nuevo estatus como Área Libre de Fiebre Aftosa sin vacunación ofrece un sinnúmero de oportunidades para el desarrollo ganadero de la región, que no estábamos dispuestos a perder por desentendimientos ajenos, en función de las ventajas competitivas derivadas del máximo nivel sanitario así que no podemos más que festejar el fin de los conflictos y agradecer el valioso aporte hecho por Funbapa desde sus orígenes en 1992.