Cafiero fue el primer legislador en ganar en tres oportunidades el principal Premio Parlamentario. Pero no lo consiguió de manera consecutiva, desplazado por Cristina Kirchner.
Antonio Cafiero dejó sin dudas su impronta en la vida política en general y el peronismo en particular. Pero tampoco pasó desapercibido en el Congreso de la Nación, como muestran los tres Premios Parlamentario que ganó.
Se llevó el máximo galardón en el Senado en 1995 y 1996, y volvió a ganarlo en el año 2000.
Sin embargo a punto estuvo de ganar el premio principal en 1997, aunque en esa oportunidad le arrebató el cetro la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner. La hoy presidenta de la Nación era entonces una impetuosa legisladora que había sido ese año echada del bloque del PJ.
En la entrega de premios del año siguiente, realizada en el Salón de Pasos Perdidos, al recibir su premio por haber ocupado el segundo lugar en la encuesta de Parlamentario, Cafiero hizo un recordado discurso que fue muy celebrado por los concurrentes, en el que hizo permanentes alusiones a la zaga reeleccionista que a nivel nacional se percibía en el ambiente. En tono de humor y con su clásica oratoria, Cafiero recordó que había recibido el máximo premio en 1995 y entonces se había propuesto ir por la reelección, para lo cual había contratado “los servicios de un maestro que me instruyó teórica y prácticamente, me dio clases, ejemplos y gracias a él pude conseguir mi primera reelección en 1996. Me aprestaba yo, por consejo de mi maestro a una segunda reelección -continuó-, cuando las autoridades me dijeron que no, que si bien no había una Constitución escrita, no era muy satisfactorio que un mismo legislador sea reelegido dos veces. Yo protesté, e inclusive dije que iba a presentar un recurso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, continuó, ante la hilaridad general, advirtiendo que no aceptaba ser proscripto y que pretendía luchar por su segunda reelección.
“Estaba en eso cuando me dijeron: si usted no es reelecto por segunda vez, lo va a sustituir una dama, que además de su belleza física, es una eminente legisladora y gran peleadora. Bueno, cuando me dijeron de quién se trataba, renuncié a la segunda reelección, esperando que después de un período pueda volver a recibir el galardón máximo”, concluyó en medio de aplausos.
