Las declaraciones del ministro de Economía sobre la venta de granos son cuanto menos, hirientes y falaces. Kiciloff sale en cualquier medio amigo del gobierno a decir que los agricultores perdimos un 25% de rentabilidad por retener la soja. Kiciloff es un caradura y nos quiere tomar el pelo, siendo él el principal responsable del desastre que vive la economía Nacional.

Como productor del norteño me siento profundamente ninguneado por Kicillof, demás deja expuesta su ignorancia sobre la totalidad de la actividad agropecuaria y las diferentes realidades del territorio Nacional. La distancia entre su despacho y la realidad de la gente es cada vez mayor.

El problema de la producción agropecuaria no es únicamente la baja de los precios internacionales como plantea falsamente el ministro, el problema comienza cuando este gobierno le saca al productor antes de empezar a producir. Este problema tiene nombre y apellido, Retenciones y todos los demás impuestos confiscatorios a que nos somete el Estado. Lo digo bien claro, los agricultores perdemos mucho más que el 25%, gracias a las “brillantes” medidas del ministro.

Lo único que faltaba era que nos digan cuando debemos vender lo que tanto nos cuesta producir. No se conforman con que trabajemos 301 días al año solo para pagarles a ellos, que ahora nos dicen cómo usar nuestras herramientas de trabajo. Le recomiendo a Kicillof que se interiorice un poco más antes de hablar y entender el manejo comercial, punto esencial en toda actividad económica no solo la agropecuaria. El agricultor no solo tira una semillita para financiar el gasto público, sino que es tomador de precios y por lo tanto necesita usar las herramientas comerciales y de manejo de riesgo.

Claro que el ministro poco entiende de tomar riesgos con su propio bolsillo, pues siempre ha sido un burócrata del Estado; un morralero estatal. Sus declaraciones ofenden a los millones de argentinos que todos los días salimos de nuestras casas a seguir trabajando.

Lo invito personalmente a que venga a mi provincia a conocer el verdadero trabajo de los argentinos.