Por Carlos Rubín. El diputado del Frente para la Victoria sale al cruce de su colega, endilgándole sus actitudes y su pasado durante la dictadura.
De ahora en adelante la voy a llamar LILA y no LILITA.
Los DIPUTADOS NUEVOS, la vemos asombrados como figura mediática, entrar sobre la hora de las votaciones cuando los inexpertos tenemos varias horas sentados, subirse al púlpito de su soberbia y señalar quienes son responsables de los males de la humanidad en los últimos siglos.
En la sesión de la CAMARA DE DIPUTADOS la vi enfurecida, apuntar con el dedo acusador a los gritos a un compañero, reclamando que laven su honor públicamente, y como el tema volvió a instalarse últimamente, me permito hacer estas reflexiones.
El hecho es que usted, LILA CARRIO, fue funcionaria de la última dictadura militar en el CHACO, y es inútil que trate de ocultar esta verdad. La única forma de la curación sicológica de la negación es hacerla aflorar públicamente y para que exista el perdón hay que admitir la falta.
Que no haya escuchado los balazos de los fusilamientos de MARGARITA BELEN no implica eximirla de la responsabilidad política de haber formado parte de la administración dictatorial.
Admitir su “pecado de juventud”, asumir su “ignorancia” de que jurar por el ESTATUTO DE REFUNDICION NACIONAL antes que la CONSTITUCION era algo malo para la PATRIA, le permitirá gozar de la virtud de los sabios: LA HUMILDAD.
LILA NUNCA ES TARDE PARA PEDIR PERDON.
Y esta no es una MOCION DE PRIVILEGIO como las suyas, porque los UNICOS PRIVILEGIADOS SON LOS NIÑOS.
Atentamente
CARLOS RUBIN
DIPUTADO NACIONAL
PROVINCIA DE CORRIENTES
