El vicegobernador bonaerense se quejó de la falta de controles y de las excepciones otorgadas por los concejos deliberantes y la provincia, pero la Cámara alta frena un proyecto significativo para actuar ante las inundaciones.
La pasada inundación en la ciudad de La Plata alentó a la presentación de un proyecto de ley en el Senado bonaerense para que se imponga que todas las ciudades, localidades y pueblos del territorio provincial coloquen en la intersección de calles un elemento visual georeferencial de la cota hídrica. El proyecto está frenado y hay varias especulaciones dando vueltas.
Mientras el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, reflotó la polémica por los barrios cerrados y apuntó a Provincia y municipios por sus responsabilidades ante las inundaciones, en el cuerpo que él preside está frenado un proyecto que sería de gran utilidad para diseñar planes de contingencia ante las catástrofes. El vicegobernador se quejó de la falta de controles y de las excepciones otorgadas por los concejos deliberantes y la Provincia.
La autora del proyecto, la senadora del FpV-PJ Silvia Pérez, encuentra argumentos para su presentación a partir de que “el cambio climático que se viene produciendo en el mundo posibilita eventuales catástrofes urbanas de consecuencias no siempre estimadas con rigor”, como las acontecidas en estos últimos días en diversos distritos del conurbano bonaerense. Se entiende, según Pérez, que esta situación “hace que reveamos e imaginemos proyectos para tratar de aliviar las alteraciones naturales o antrópicas, que se producen”.
Entonces, específicamente, la iniciativa propone que “todas las ciudades, localidades y pueblos del territorio provincial, deberán tener en intersección de calles un elemento visual georeferencial de la cota hídrica”. Se detalla en el articulado de la ley que la Autoridad de Aplicación deberá determinar, materiales y calidad de los mojones de cota hidráulica urbana. También se la faculta para firmar convenio con las Municipalidad y que deberá confeccionar y determinar las prioridades de los distritos, teniendo en cuenta aquellos que ya han sufrido inundaciones del casco urbano o su riesgo esté latente.
El proyecto fue presentado en abril de 2013 y rápidamente lo despachó la Comisión de Obras y Servicios Públicos de la Cámara alta provincial, el 9 mayo de ese año. Cuatro días después, la iniciativa obtiene moción de preferencia para ser tratado en la próxima sesión y hasta el día de hoy permanece en esa condición, con sucesivas prorrogas.
Por lo bajo, algunos senadores consideran que el proyecto es “inviable” y hacen referencia al esfuerzo que significa poner mojones en todas las esquinas de todas las ciudades de la provincia de Buenos Aires, algo que el proyecto no establece taxativamente de forma inmediata.
En rigor, el proyecto no es bien visto por operadores inmobiliarios de grandes ciudades. Y lo que constituye una presión mucho mayor es la situación de proporciones importantes de densos ejidos urbano que, de un día para otro, “descubrirían” tener una cota muy baja, principalmente en el conurbano bonaerense.
Así el cuerpo parlamentario que preside Gabriel Mariotto hace dormir el “sueño de los justos” a un proyecto de ley que distintos especialistas consideran elemental para el diseños de los evidentemente necesarios planes de contingencias, que deberían empezar a diseñar ciudades que se han visto afectadas por inundaciones importantes, y en reiteradas, ocasiones para morigerar los daños materiales y humanos que estas catástrofes proporcionan.
