Con un ritmo intenso, la Cámara alta se reunió un total de 23 veces, contra las 19 de 2013. Hubo más sesiones ordinarias que especiales, aunque el Poder Ejecutivo volvió a fijar la agenda legislativa.
No podría llamarse tranquilo el año parlamentario concluido hace apenas una semana en el Senado, que superó su propia marca y sesionó un total de 23 veces, contra las 19 reuniones que tuvo en 2013, cuando las elecciones de medio término afectaron la actividad.
El dato surge de un relevamiento de parlamentario.com para su Índice de Calidad Legislativa, luego de que la prórroga de sesiones ordinarias se extendiera más de lo previsto por la ley de elección de los parlamentarios del Mercosur, sancionada en medio de las fiestas de fin de año.
Hubo más sesiones ordinarias (12) que especiales (10), a diferencia del cuerpo presidido por Julián Domínguez, donde el Frente para la Victoria prefirió esa modalidad para evitar consensuar los temas con la oposición.
El conteo se completa con la sesión preparatoria de febrero donde se renovaron autoridades y, sorpresivamente, Gerardo Zamora quedó al frente de la presidencia provisional del cuerpo.
Respetuoso de las formas, el oficialismo en el Senado optó por esperar los siete días reglamentarios desde que se firman los dictámenes para llevarlos al recinto, algo que en la Cámara baja el bloque mayoritario pasó por alto.
La gran actividad en el recinto fue correlativa a la de las comisiones, que debieron trabajar bajo el ritmo acelerado impuesto por el Poder Ejecutivo con el envío de proyectos.
