Por Juan Carlos Junio. El diputado de Nuevo Encuentro celebra la puesta en marcha de la ley que establece la obligatoriedad de la sala de cuatro años.
El proyecto político que conduce los destinos del país ha tenido como norte, contenido e inspiración de su política, la persistente ampliación de derechos civiles, sociales, económicos y políticos.
Como parte de los parlamentarios que votamos esta trascendente iniciativa del Poder Ejecutivo, hoy vivimos la alegría por la promulgación de la ley conocida popularmente como “sala de 4” que reafirma una política pública, reparadora de injusticias sociales y culturales.
La reciente sanción de la obligatoriedad de la sala de cuatro y la aprobación de un plan de construcciones asignadas a cooperativas con el fin de asegurar la efectivización del derecho a la educación, expresa un paso más en el camino a una democracia plena, que integre social y culturalmente a todos los ciudadanos, pero muy especialmente a los mas humildes y postergados.
La definición de este Estado democrático tiene aspectos que es preciso resaltar. En primer lugar, la educación temprana genera herramientas para aprendizajes escolares más enriquecedores conformando una plataforma pedagógica con diversidad de saberes en los períodos posteriores del desarrollo del niño, el adolescente, el joven y el adulto. Valoramos la consagración legal de este derecho a favor de nuestros niños haya sido votado masivamente por la Cámara de Diputados, con 236 votos afirmativos.
El texto de la ley presenta con claridad el momento y la perspectiva de la educación formal para nuestros niños y jóvenes. La norma define “la obligatoriedad escolar en todo el país se extiende desde la edad de cuatro años hasta la finalización del nivel de la educación secundaria”. Celebramos entonces el inicio de una nueva etapa, en la que el denominado “preescolar” queda superado por una educación que se inicia en la infancia.
Podemos decir con tranquilidad de conciencia que hoy es un gran día. La política fue nuevamente un instrumento idóneo para mejorar la vida de nuestra gente, universalizando la educación para los niños/as, priorizando a los sectores menos favorecidos de la población.
