El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, precisó este martes que, de acuerdo al proyecto de ley que debatirá el Congreso, el director y subdirector de la nueva Agencia Federal de Inteligencia serán nominados por el Poder Ejecutivo con el acuerdo de la mayoría simple del Senado, por un “plazo de mandato de Presidente”, es decir, por cuatro años.

Esto deja al kirchnerismo en condiciones de designar a los directores de Inteligencia del sucesor de Cristina Kirchner. Sin embargo, por ahora no se conoce cómo será el mecanismo para removerlos y, por lo tanto, cuán difícil le será al nuevo presidente disponer cambios en el organismo.

De todos modos, el ministro coordinador tampoco aclaró si el Gobierno tiene previsto designar para esos puestos al actual titular de la Secretaría de Inteligencia, Oscar Parrilli, y su segundo, Juan Martín Mena.

Dos veces los periodistas le preguntaron a Capitanich qué sucederá con los actuales agentes de inteligencia. ¿Pasarán a la nueva agencia? ¿O se convertirán en una peligrosa mano de obra desempleada? “La conformación del personal de inteligencia será motivo de la nueva constitución orgánica y los procesos de selección de su personal conforme al perfil que adquirirá la nueva agencia”, fue la vaga respuesta que atinó a dar el funcionario.

Más allá de eso, Capitanich calificó de “avance cualitativo importante” para el país la decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de enviar al Congreso un proyecto de ley para disolver la Secretaría de Inteligencia y crear una Agencia Federal de Inteligencia.

Al referirse al tema durante su conferencia de prensa matutina en Casa de Gobierno, el funcionario remarcó que la medida representa un “nuevo enfoque desde el punto de vista de la Inteligencia”.

La iniciativa ingresará al Congreso luego de que el Gobierno removiera a la cúpula del organismo de espías en diciembre pasado y ante las sospechas oficiales de que “Jaime” Stiusso, exdirector de Operaciones de la SI, estaría relacionado con la muerte del fiscal Alberto Nisman.