Por Agustín Álvarez Parisi y Carolina Ramos

Entre tantas afirmaciones sobre la estación espacial china que ya se está construyendo en la provincia de Neuquén, Alicia Comelli es una voz autorizada. En medio del debate en el Congreso, la diputada nacional del Movimiento Popular Neuquino explica en detalle los alcances del convenio con el gigante asiático y la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) y asegura que “esta base es netamente para estudios técnicos y colaboración científica y técnica para el estudio del espacio exterior”.

En este sentido, niega la posibilidad de que la plataforma se utilice con fines militares, tal como advierte la oposición, y aclara que la mayor cantidad de mano de obra será argentina. “Se cuestiona desde una liviandad muy grande”, opina.

Por otra parte, Comelli explica que “lo que se está discutiendo es más en el orden geopolítico”. “Argentina está replanteando sus relaciones internacionales, de lo que fueron las relaciones bilaterales a un multilateralismo”, indica. Y concluye: “Me parece muy chica la mentalidad de creer que no podemos involucrarnos de alguna forma en esta carrera que hay en el mundo para investigar el espacio exterior”.

– ¿En qué consiste esta base espacial china que se va a instalar en Neuquén?

– Ya dimos despacho y se tratará en la próxima sesión. Es un convenio que en realidad aprueba otro convenio de cooperación que se firmó en el año 2012 entre Neuquén y la CONAE, la misma que en el año 2009 firmó un convenio para una antena de similares características en Malargüe, que está funcionando, sólo que en ese caso el convenio se hizo con una agencia europea. En este caso, es con China. Es una gigantesca antena para estudios del espacio lejano y que hace todo lo que tiene que ver con el seguimiento de las actividades espaciales que genera cada programa de gobierno, lo cual es muy importante. China tiene su base en China, pero ¿por qué busca a Argentina? Porque está exactamente a los 180 grados de esa base, lo que permite es cubrir ese espectro que se genera por el cono de sombra que se hace cuando da la vuelta un satélite alrededor del planeta. Si vemos dónde está la antena de China, a 180 grados, nos encontramos en un lugar que en Argentina abarcaba una zona que iba de Mendoza, Neuquén y hasta La Rioja. Después de algunos estudios técnicos, se determinó que la zona menos sísmica –o sea, que podía provocar menos vibraciones en la recepción de las ondas- era Neuquén. Ocupa un predio de 200 hectáreas, porque el complejo está muy en el centro y para no tener interferencias necesita un radio de reserva. Ese terreno es un comodato, un préstamo a la CONAE, no a China. Desde allí, en 2012, empiezan los convenios bipartitos y tripartitos, y empieza la obra. Lo que se aprueba en el Congreso ahora es aquel convenio de cooperación.

– La oposición advierte que esta plataforma podría utilizarse para fines militares, ¿qué dice al respecto?

– Esta base es netamente para estudios técnicos y colaboración científica y técnica para el estudio del espacio exterior. En este último tiempo hemos escuchado muchas cosas, como que es una base militar. Se cuestiona desde una liviandad muy grande. Primero, estamos hablando de una antena de dos mil toneladas y 35 metros de diámetro que está sujeta a la tierra. Cualquiera que conozca mínimamente cómo se hace la comunicación y el seguimiento de misiles sabe que se hace con lentes de órbita baja que son móviles. Son cosas de tecnología completamente diferenciadas. Estas grandes antenas están planteadas para una investigación del espacio a una distancia muy grande. Estamos hablando de 380 mil kilómetros a la Luna.

– También se habló mucho del personal que trabajará en la base, ¿será mano de obra china?

– Actualmente ya hay 300 personas trabajando en la obra. Son ciudadanos de Neuquén, de Las Lajas, de Zapala, que por supuesto se rigen por las leyes argentinas. Todo lo que tiene que ver con riesgos de trabajo, seguridad e higiene, es controlado por la legislación y el Ministerio de Trabajo de Argentina. Estamos en la etapa de obras. Hay un grupo chino de entre ocho y nueve personas, que son los técnicos, obviamente los empleados de la empresa china, como lo son los empleados jerárquicos de las compañías petroleras cuando vienen a hacer algún ajuste y se retiran. Los chinos hacen lo mismo. Son muy especializados, así que para armar una parte de la antena viene uno y se queda dos meses, se va, después viene otro y así. Después de instalada, como toda alta tecnología, tiene en realidad una operación de poca mano de obra especializada. Pero va a haber una oficina de la CONAE permanente ahí con personal para desarrollar todas las actividades que permite ese tipo de tecnologías, y hay una suerte de museo o sala de exposición con personal argentino que está trabajando en convenio con la Universidad Nacional del Comahue y la Universidad Tecnológica. Todo eso, desde el jardinero hasta la persona que te lleva a hacer la recorrida, es personal argentino. Creo que la única forma de que entendamos lo que está pasando es que los legisladores concurran, participen y vean como lo hicieron los diputados provinciales en la Legislatura de Neuquén, que fueron a conocer la base.

– Otra de las quejas de la oposición es que el convenio tiene una vigencia de 50 años…

– Convengamos que hacer una investigación satelital, cuando uno hace esas proyecciones, esos son los plazos adecuados, acá, en Estados Unidos y en el mundo, sin perjuicio de que tienen plazo de rescisión. Pero acá subyace otra cosa: lo que se está discutiendo es más en el orden geopolítico. Hubo quienes entendieron que Argentina está replanteando sus relaciones internacionales, de lo que fueron las relaciones bilaterales a un multilateralismo. Tiene que ver con el posicionamiento político argentino en la geopolítica mundial.

– Por último, ¿qué beneficios le reporta esta base espacial a Neuquén?

– Primero, la generación de mano de obra importante, tanto en la etapa de construcción como de operación. Luego, un programa integrado con las provincias para capacitación: ya tenemos becarios en China para el intercambio de desarrollo tecnológico conjunto. Además, el tiempo ocioso de esa antena, por convenio, es de uso de la provincia para un mayor aprovechamiento de esta tecnología que jamás hubiéramos tenido. Se ha invertido en caminos, en obras y en llevar energía eléctrica.

– Se dice que China quiere llegar a la Luna en 2020…

– La carrera espacial y el desarrollo de la investigación espacial para nosotros es algo lejano. Pero los países desarrollados hacen una gran apuesta y una enorme inversión en todo lo que tiene que ver con explorar el espacio lejano. Me parece muy chica la mentalidad de creer que no podemos involucrarnos de alguna forma en esta carrera que hay en el mundo para investigar el espacio exterior.

– ¿Se puede saber cuál es la inversión que tiene que hacer Argentina?

– No, la construcción de la base está a cargo de la agencia china. Es más, los otros beneficios colaterales de infraestructura también están a cargo de ellos. El convenio es de mutuo beneficio. Lo que pone Argentina de manera indirecta es la exención impositiva.