Pocas veces una apertura de sesiones ordinarias despertó tanta expectativa como la de este domingo, que será la última que presidirá Cristina Fernández de Kirchner. Es por los anuncios que hará la mandataria, por un lado, y el marco que rodeará su presentación, que el kirchnerismo espera sea masiva, cuestión de recuperar en parte la iniciativa después del 18F.

En ese marco también se plantean interrogantes en torno al papel que asumirá la oposición, por cuanto no son pocos los que sugieren directamente no asistir. Otros, más moderados, piden estar atentos a lo que vaya a decir la presidenta y la actitud del público en los palcos para actuar en consecuencia.

Pero otro de los factores de irritación se esperaba que fuera la presencia de Amado Boudou en la Asamblea Legislativa. Acostumbrados a dedicar la primera parte de cada sesión que él preside en la Cámara alta a pedirle su apartamiento del cargo, los senadores de la oposición podrían repetirlo este domingo, en la previa de la llegada de la presidenta al Congreso. Así había trascendido al menos. ¿Por qué no sucedió el año pasado? Porque esta actitud de parte de la oposición respecto de Boudou arrancó con su procesamiento, que a esta altura del año pasado no había sucedido aún.

Sin embargo los temores oficialistas quedaron aventados al conocerse que Amado Boudou no estará este domingo en el Congreso, sino que viajará a Uruguay para asistir a la asunción de Tabaré Vázquez como presidente de ese país. El vicepresidente argentino estará entonces en la vecina orilla en representación de la presidenta Cristina Kirchner, por lo que su lugar en la Asamblea Legislativa será ocupado por el presidente provisional del Cuerpo, el santiagueño Gerardo Zamora.