Por Carolina Ramos

Mario Oporto reconoce una preocupación que quizá se extienda a todos los legisladores bonaerenses del Frente para la Victoria: el problema de que la Provincia “todavía no tenga un candidato muy nítido a gobernador”. El diputado advierte que aún “faltan esas figuras fuertes, en una provincia que merece tenerlas” y reflexiona que el postulante “tiene que ser un hombre o una mujer de volumen nacional”.

“Los diputados bonaerenses queremos ser protagonistas y tener un espacio en la construcción del futuro de la Provincia”, explica Oporto, al considerar que “a los grandes liderazgos se los reemplaza de forma colectiva”.

En diálogo con Semanario Parlamentario, el exdirector de Escuelas de los gobiernos de Felipe Solá y Daniel Scioli califica a este último como un “hombre moderado” que “va a tener menos confrontación con las corporaciones”, aunque considera que “representa un sector dentro de un movimiento mayoritario”.

Por otra parte, augura que “el próximo Congreso va a ser más complejo” y que allí “la negociación política va a tener mucha intensidad”. Y, si bien aún no aventura candidaturas, admite que lo “apasionaría” integrar el Parlasur.

– ¿Cómo cree que impactará la marcha del 18F a nivel electoral?

– Un proceso electoral contempla muchas variables, que van desde variables de la vida cotidiana hasta hechos extraordinarios, carisma de los candidatos y aciertos o desaciertos impensados. A veces una frase te eleva y a veces, si es desafortunada, frustra una campaña o hasta una carrera política. Es imposible pensar que una campaña electoral que va a empezar dentro de pocos meses no va a ser cruzada por un hecho tan conmovedor como fue la muerte de Nisman. Pero eso no significa que sea decisivo en la orientación del voto. No creo que esto sea (la estación) Atocha, el atentado que hubo en la estación central de Madrid que cambió el rumbo electoral, también por un inmenso desacierto del gobierno en el primer análisis del hecho. No pareciera que la marcha esté cambiando tendencias políticas grandes, porque lo que se está discutiendo en la elección es qué modelo de país queremos. Yo no lo desestimo ni lo minimizo, pero no me parece que sea un hecho excluyente.

– ¿Usted es de los que creen que Scioli no representa al kirchnerismo?

– No, todo lo contrario. Yo creo que Scioli ha sido un hombre importante, un dirigente que formó parte de este proceso político del peronismo desde 2003. De este peronismo kirchnerista, él fue vicepresidente cuatro años, y después fue gobernador de la provincia de Buenos Aires por dos períodos. Él representa un sector dentro de un movimiento mayoritario que tiene alas más radicalizadas y más moderadas, que tiene matices, que tiene distintas tradiciones de pensamiento.

– Pero no es el candidato que más gusta…

– Eso lo vamos a ver en las PASO. Cuando voten en el Frente para la Victoria van a decidir si es el que más gusta o no.

– ¿Una victoria de Scioli garantizaría la continuidad del modelo?

– Después de 12 años de un modelo conducido por un liderazgo muy fuerte como fue el de Néstor primero y la continuidad de ese mismo liderazgo en Cristina, cualquier candidato que la suceda va a tener que saber que va a vivir una transición, y que aparte va a tener junto a él a la jefa política del movimiento no gobernando. Eso es un hecho bastante inédito del que tenemos pocas experiencias. De todas maneras, al modelo lo va a sostener un colectivo, no una persona. Yo creo en la consigna de la reelección para el proyecto. Si bien no puede ser reelecta la presidenta, que es la persona más representativa de nuestro movimiento, el proyecto debe ser reelegido. Si ganamos, quien conduzca va a tener un inmenso compromiso o sino será deslegitimizado. Si me preguntan si Scioli va a tener menos confrontación con las corporaciones, que es un hombre moderado… es probable. Es probable que si a él le toca gobernar represente al sector más moderado y menos radicalizado del proyecto. Por eso en las PASO nuestros votantes van a decidir si el próximo período de transición es preferible que lo conduzca alguien con una postura más moderada o alguien dispuesto a seguir generando transformaciones más profundas.

– ¿Scioli puede ganar en primera vuelta?

– Todavía no sé si Scioli va a ser el candidato. Pero suponiendo que sí, no lo sé, no tengo proyecciones electorales para pensar eso. Me parece que probablemente en Argentina ocurrirá algo similar a Brasil: el partido gobernante ganando, yendo a segunda vuelta con el partido de la derecha conservadora más tradicional, y un tercer puesto para quien parecía ser el “boom” electoral y luego se fue desinflando. Y después en el ballotage, como también ocurrió en Uruguay, gana el partido gobernante. En ambos casos se reafirmaron modelos populares y transformadores, enfrentados al conservadurismo neoliberal que representaba Aécio (Neves) en Brasil y (Luis) Lacalle en Uruguay.

– Entonces, ¿quién es su candidato en la interna del kirchnerismo?

– Yo todavía no tengo candidato en la interna, porque no tengo por qué ir andando delante de la presidenta. Si ella dice “vamos a las PASO y estos son los candidatos” ahí elegiremos. La tarea que yo me puse a mí mismo es mantener la unidad del bloque; que el proceso electoral no dañe al bloque y creer en que “todos unidos triunfaremos”. Todos los compañeros que dijeron tener deseos de ser presidente además de Scioli, como (Florencio) Randazzo, a quien se lo ve bien posicionado; o Julián Domínguez, que ha hecho una tarea de construcción política muy grande; o (Jorge) Taiana, (Agustín) Rossi, (Sergio) Urribarri e incluso Aníbal Fernández; todo ese conjunto va a ser el colectivo gobernante como clase dirigente próxima frente a la situación de que el Gobierno no va a tener en su conducción un liderazgo tan fuerte como el de Cristina. A los grandes liderazgos se los reemplaza de forma colectiva. Cualquiera de las personas que nombré es mejor que todas las opciones opositoras. Todos tienen que ganar en volumen político y después veremos a cuál de los compañeros elegir.

– ¿Y quién es el mejor candidato del kirchnerismo para gobernar la Provincia?

– Me preocupa que la Provincia todavía no tenga un candidato muy nítido a gobernador. Esto es un dato del cual no podemos estar distraídos mucho tiempo. También entiendo que el candidato en la provincia de Buenos Aires tiene que ser un hombre o una mujer de volumen nacional. Casi nunca se llega a la Provincia desde la misma Provincia; casi siempre se llega desde una dimensión nacional. Como hoy los hombres y mujeres que tienen más dimensión nacional están en ese juego, todavía no apareció el candidato definitivo.

– ¿Puede suceder que alguno se baje para ir por la Provincia?

– Me parece que alguien con volumen nacional, experiencia y representatividad que tenga posibilidades de ser presidente y no es candidato, puede ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. En los otros partidos tampoco veo todavía un candidato de gran peso. El massismo tiene candidatos muy fluctuantes, con una identidad muy débil, como (Francisco) De Narváez; tiene otro candidato al cual yo respeto muchísimo, que tiene la dimensión que se necesita y que fue un muy buen gobernador, que es Felipe (Solá); y después algunos que han sido intendentes. Creo que todavía faltan esas figuras fuertes, en una provincia que merece tenerlas. Es muy importante ser gobernador de la provincia de Buenos Aires. No es un castigo político o una subordinación. Me parece que es un bien mayor para la carrera política de alguien. No es un hecho menor o algo producto de una derrota política.

– ¿Usted va a ser candidato entonces?

– Me gustaría acompañar un proyecto político. Conozco como pocos la Provincia, me interesa, la recorro, pero también conozco mis límites. Si después de haber sido ocho años ministro de Educación hubiese tenido un cargo nacional de dimensión importante, no dudaría. Pero los diputados bonaerenses queremos ser protagonistas y tener un espacio en la construcción del futuro de la Provincia.

– ¿Volvería a ser ministro?

– Ministro de Educación, no. Me gustaría ser ministro de otra cosa. Por ejemplo, ser ministro de Gobierno, jefe de Gabinete, vicegobernador o un legislador importante. Pero lo que más sueño es ganar a nivel nacional y a nivel provincial, y formar parte de un grupo que organice ese poder. Después, uno va donde sea necesario. Lo que yo tengo que hacer ahora es ser un buen diputado. Pero siento que todavía puedo aportar mucho a este proyecto, desde donde sea. Los proyectos políticos no son buenos o malos de acuerdo a dónde está uno, sino si benefician al pueblo.

– El kirchnerismo tiene que hacer una muy buena elección para retener la mayoría en el Congreso, ¿lo logrará?

– El próximo Congreso va a ser más complejo, gane quien gane. Seguramente habrá fuerzas más repartidas, por decisión electoral y producto de éxodos que ocurren siempre cuando hay un triunfador. Hay que prepararnos para un Congreso donde la negociación política va a tener mucha intensidad. En esta etapa, para nosotros la intensidad la tuvo la homogeneidad del bloque. Lo digo con toda legitimidad, porque así lo decidió el pueblo. El pueblo decidió que fuéramos el bloque mayoritario, por lo tanto nuestra tarea política era que ese voto popular se mantuviera en el voto de cada sesión. En el próximo Congreso va a haber que poner el énfasis en la negociación política.

– ¿Se viene otra vez el “Grupo A”?

– No creo. Yo estoy seguro que vamos a ganar en octubre, pero nosotros estamos reemplazando una elección de muchos diputados, por lo tanto si no hacemos una elección igual vamos a perder diputados, es lo lógico, van a cambiar las reglas político-legislativas y seremos primera minoría. Ojalá seamos mayoría. La hipótesis del Grupo A no se repite porque es imposible estar juntos simplemente por oposición a la mayoría que votó el pueblo. El Grupo A fracasó y toda alianza o coalición que tenga como única manera de cohesionarse ser oposición o el odio al Gobierno, va al fracaso.

– ¿Cómo se están moviendo en la Provincia de cara al armado de listas?

– Hoy nuestra responsabilidad política está en actuar como legisladores, en un momento de intenso debate político en Argentina, con aguas muy divididas sobre el modelo de país del futuro. Nosotros tenemos que defender este proyecto por lo que hicimos y por lo que creemos que hay que seguir haciendo. La presidenta mantiene una iniciativa política tan grande que uno no puede estar distrayéndose en futuras listas electorales cuando hay tantas leyes importantes que votar.

– Ahora tienen otro desafío, las listas para el Parlasur…

– Es otro inmenso desafío y otra posibilidad interesantísima de tarea política. Yo nunca planifiqué lo que voy a hacer, pero para algunos lugares me siento más apto que para otros, y estar en el Parlasur me apasionaría, porque es mi tema académico, yo me dedico a América Latina. Así que todo lo que ocurra en el Parlasur me interesa, y además porque creo que la unidad del continente es un tema estratégico e innegociable sea quien sea nuestro candidato. Hay cuatro puntos que son innegociables, que cualquiera sea nuestro candidato tiene que sostener: la unidad; la posición que la Argentina ha mantenido con respecto a los fondos buitre; los principios sociales que nos han llevado a tantas leyes vinculadas a ampliar derechos; y por último el tema estratégico de nuestro continente, la Argentina de (José de) San Martín.

– Se viene la última Asamblea Legislativa de Cristina el 1ro de marzo, ¿qué expectativas hay?

– En lo personal, a mi me llena de emoción poder ser partícipe de esa Asamblea. La última Asamblea de Cristina va a ser un hecho histórico. No dudo de que va a dar un discurso estructural, no de coyuntura, sino un discurso de esos que marcan hitos. Además, hacia dentro de nuestro partido, Cristina siempre cumple el papel de actualización de nuestra doctrina. Va a ser un discurso donde va a quedar bien claro cuál es la Argentina que nosotros queremos. Cristina es una presidenta que ha sido atacada, insultada y dañada de manera irresponsable y muy agresiva por los medios de comunicación opositores y algún sector de la oposición. Ella va a responder con grandeza política intelectual. Es la presidenta de todos los argentinos y el Parlamento es la casa de la democracia. Esperamos que la Asamblea sea una reafirmación de la democracia argentina.