Roberto Carlés, el candidato del Poder Ejecutivo para ocupar el lugar vacante en la Corte Suprema de Justicia, fue impugnado por la exdiputada nacional Marcela Durrieu, suegra del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, por considerar que su designación violaría la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, de rango constitucional.

Tras la muerte de Carmen de Argibay y de Enrique Petracchi y la renuncia de Eugenio Zaffaroni, el máximo tribunal quedó reducido a cuatro miembros, cuando por ley se le exige cinco.

Según Durrieu, el cargo vacante debería ser ocupado por una mujer para garantizar diversidad de género en el tribunal; cumplir con la Constitución Nacional en sus artículos 75, inciso 23, y 37 in fine de la disposición transitoria segunda; y atenerse a la convención citada y a los estándares mínimos de participación femenina, “ya que no se cumple el cupo partidario del 30 por ciento aplicado por analogía”.

En efecto, la Corte actual está compuesta por tres hombres y solo una mujer: Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco.

Para Durrieu, “en caso de proceder la candidatura del doctor Carlés u otro candidato varón, además de violarse la normativa vigente aludida, nos encontraríamos ante un claro retroceso toda vez que gracias al impulso efectuado por las doctoras Highton de Nolasco y Argibay Molina, se lograron los avances más importantes efectuados en esta década en materia de género por parte de un Poder del Estado a nivel nacional, como la creación de la Oficina de Violencia Doméstica, la Oficina de la Mujer, el Mapa de Género del Poder Judicial, entre otros”.