El golpe de Estado de 1976 tuvo como objetivos la transformación de las bases productivas de la Argentina y la implementación de un programa de reestructuración económica y social por la vía del terror. Y además el disciplinamiento de la sociedad en su conjunto mediante el uso de la tortura, el asesinato, la desaparición y la persecución de todas las personas y organizaciones que expresaran los intereses populares.

En ese marco de destrucción de las bases organizativas de la sociedad, las Madres que buscaban a sus hijos y las Abuelas después, se erigieron como el único espacio de resistencia a ese Proyecto.

Desde la recuperación democrática en 1983 hemos enfrentado una y otra vez la disyuntiva de una democracia tutelada, disciplinada a esa transformación económica surgida de la dictadura que somete y empobrece al país y a su gente, mediante la presión ejercida por los mismos intereses nacionales e internacionales que se beneficiaron del golpe militar de 1976, o un Proyecto de país viable para la inclusión de todos.

En 2003 Néstor Kirchner planteó el objetivo explícito de superar esa tutela y volver a poner a la Argentina y a su pueblo en el camino de la independencia económica y la soberanía política.

Con políticas concretas de desendeudamiento, y de enfrentamiento con los poderes facticos surgidos del proceso dictatorial, de inclusión social y ampliación de ciudadanía, Néstor primero y Cristina después han resistido los embates de los que hoy no golpean a las puertas de los cuarteles, pero defienden sus intereses minúsculos y contrarios a los de las mayorías, mediante refinados métodos producto de la colonización de distintas instituciones publicas como el Poder Judicial, y la apropiación de medios de información, por ejemplo.

39 años después de aquel golpe, una vez mas ellos, los ¨dueños¨ de la Argentina, los que se beneficiaron de la tortura, la muerte, la desaparición, el exilio y el arrasamiento de los derechos conquistados, se preparan para la revancha, para retrotraernos a la Argentina de pocos y para otros.

Hoy como hace 39 años, la Plaza de Mayo, las Madres y Abuelas son un símbolo de lo que Nunca Mas queremos para la Argentina.

Nunca Mas represión y muerte, pero sobre todo Nunca Mas niños sin derecho a ir a la escuela, a comer en su casa, a tener sueños de futuro. Nunca Mas mujeres desesperadas por no poder dar a sus hijos lo mas elemental de la crianza. Nunca mas explotación de jóvenes en trabajos sin derechos y sin destino, manteniendo la economía familiar de padres desechados sin salario y sin jubilación. Nunca Mas fabricas que cierran. Nunca Mas familias que viven de la basura que arrojan los que por suerte todavía comen. Nunca Mas a ese país sin Aerolínea de bandera y sin conexión entre provincias alejadas: sin trenes decentes que te ayuden a gastar menos horas de tu vida; sin redes viales que permitan conectar las economías regionales y desarrollarlas y tantos cientos de miles de Nunca Mas que se han expresado en cientos de Leyes, Programas, Políticas e Inversiones realizadas.

Hoy Mas que Nunca, vamos a la Plaza en memoria de todos los que no están, de todos los que dejaron su vida en la lucha por la dignidad del pueblo, pero sobre todo para garantizar lo que vendrá. Vamos por Mas inclusión, por Mas Justicia, por Mas Nación, por Mas Patria.