Miguel Del Sel volvió a generar polémica, esta vez por sus propuestas pedagógicas. “Donde el pibe se porta mal, amonestaciones. Y, si no, rajarlo del colegio y que pierda el año”, propuso el candidato a gobernador de Santa Fe por el Pro. “Te dicen: ‘Es chico’. Ma’ qué chico, metele un buen cocazo y no jode más”, planteó el capocómico.

Las críticas no tardaron en llegar. La diputada nacional Mara Brawer, que este año fue reconocida por la Feria del Libro por su libro sobre violencia escolar, afirmó: que “un candidato a gobernador de una provincia argentina hable de ‘cintazos’ y de darle ‘un buen cocazo’ a un chico como el método apropiado para educarlo es un retroceso total y una muestra del peor autoritarismo”.

“Desde luego que el castigo físico viola la Convención Internacional de los Derechos del niño y que siempre debe ser repudiado”, advirtió.

Para la diputada kirchnerista, “una vez más queda claro que apenas se indaga un poco, el Pro muestra su verdadera naturaleza de violencia y de expulsión”.

“En la educación, los límites deben ser claros y cuando se transgreden, la aplicación de sanciones es necesaria. Pero estas sanciones deben ser educativas, graduales y progresivas. Nunca la sanción debe ser dejar afuera del sistema escolar a un chico porque eso es privarlo de su derecho a la educación”, explicó Brawer y continuó: “si no, lo que se está haciendo es expulsar a alguien del sistema y todos sabemos lo que genera una sociedad que expulsa gente y la condena a la marginalidad”.

“Violencia, expulsión; con las afirmaciones de Del Sel queda evidenciado que estos conceptos, que en esta ocasión fueron referidos a la infancia, constituyen el modelo político del Pro, un partido que no duda en reprimir a los más débiles (como hizo años atrás en el neuropsiquiátrico Borda) y que elige desplazar a aquellos a quienes prefiere no ver porque no encajan en su formato de un país para unos pocos privilegiados”, concluyó.