La última sesión de la Cámara de Diputados arrancó con un reconocimiento a Alberto Morlachetti, fundador del Hogar Pelota de Trapo, y terminó con la media sanción de un régimen tarifario diferenciado para organizaciones sociales y la inembargabilidad de sus inmuebles.
Por Carolina Ramos
Fue una tarde redonda. En la última sesión de la Cámara de Diputados no sólo celebraron los exypefianos y víctimas de la AMIA, que al fin tendrán su merecido resarcimiento. Una nutrida red de hogares y casas del niño pudo festejar la media sanción de un régimen tarifario diferenciado para organizaciones sociales y la inembargabilidad de sus inmuebles, el mismo día en que el Cuerpo homenajeó a Alberto Morlachetti, fundador del Hogar Pelota de Trapo.
Los proyectos aprobados, cuyo tratamiento deberá completar el Senado, fueron encabezados por la firma del presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, y contaron con respaldo de todos los bloques políticos, los mismos que el año pasado lograron la sanción de una “ley hermana”, la de clubes de barrio.
La primera iniciativa prevé tarifas no comerciales para el pago de los servicios públicos esenciales, ya que las organizaciones sin fines de lucro hoy son asemejadas a las grandes industrias o empresas, cuando es una realidad que no cuentan con los mismos recursos económicos. Una situación que, en el plano cinematográfico y salvando las distancias, fue plasmada en el memorable film argentino Luna de Avellaneda.
La futura ley consta de 29 artículos donde se establece un tratamiento diferencial para estas entidades en las tarifas que abonan por la provisión de agua potable, desagües cloacales, energía eléctrica, gas y telefonía básica.
La Cámara baja también aprobó otro régimen para la protección legal y patrimonial de los inmuebles destinados a proyectos de protección y promoción de los derechos de la infancia. Esto permite que las organizaciones comunitarias inscriban los inmuebles a su nombre como “bien de utilidad social”, para que no puedan ser ejecutados ni embargados por juicios que puedan tener.
“La legislación argentina no recepta la naturaleza específica de las organizaciones sociales”, explicó a Semanario Parlamentario la diputada nacional (MC) Claudia Bernazza, impulsora de los proyectos junto a Domínguez.
Bernazza, quien hoy dirige la Instituto de Capacitación Parlamentaria (ICAP) de la Cámara baja, trabaja desde hace años en el tema y es fundadora del Movimiento Chicos del Pueblo junto con Morlachetti, Enrique “Quique” Spinetta y Carlos Cajade. La agrupación reúne a 400 instituciones no gubernamentales de todo el país que trabajan con niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, en busca de garantizar sus derechos. “Durante mi diputación, yo volqué en distintos proyectos todas las inquietudes que tenían estas organizaciones con respecto a cambiar la legislación”, relató Bernazza, que así marcó el rumbo hacia la aprobación de estas normas.
El camino recorrido
La media sanción de Diputados es el tramo intermedio de un largo camino recorrido desde hace al menos siete años, cuando Bernazza presentó un paquete de proyectos en materia laboral, impositiva y tarifaria, denominado “Agenda legislativa de las organizaciones sociales”.
Además de la cuestión tarifaria y de los inmuebles como “bien social”, la entonces diputada también proponía que los subsidios que otorga el Estado a estas entidades no estén gravados con el impuesto al Cheque. Además, promovía un régimen laboral simplificado para las organizaciones comunitarias, “donde a veces es muy difícil sostener los derechos de un trabajador”. “Las paritarias de las entidades deportivas y civiles se cierran con las grandes entidades y no hay convenios específicos para las organizaciones comunitarias”, ejemplificó Bernazza.
Ese conjunto de iniciativas legislativas perdió estado parlamentario, pero volvió a cobrar vida cuando las organizaciones de la infancia le pidieron un encuentro a Domínguez para trasladarle sus problemáticas. El lugar elegido fue la Casa del Niño Rucalhué, en Berazategui, donde se dieron cita casi 160 dirigentes de más de 500 organizaciones en septiembre del año pasado. Un hecho que fue posible gracias a la gestión de Norberto Liwski, asesor de Domínguez y un referente en temas referidos los derechos de la infancia.
Dos meses después de aquel evento tuvo lugar el “Encuentro por la agenda legislativa de las organizaciones sociales”, una reunión con diputados de todos los bloques en el Salón de Pasos Perdidos del Congreso. Allí se hicieron paneles donde expusieron representantes del Centro Nacional de Organizaciones de la Comunidad (CENOC), el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) y el Movimiento Chicos del Pueblo, entre otras agrupaciones que promueven los cambios legales (Ver recuadro).
Las conclusiones surgidas de ese numeroso encuentro tomaron la forma de cuatro proyectos de ley, que fueron presentados a la semana siguiente: eximición de los impuestos a las Ganancias y al Cheque; régimen tarifario específico y creación de la figura del “bien de utilidad social”. Los dos últimos fueron los que reunieron más consenso y, a pedido de Carlos Heller (Nuevo Encuentro) fueron incorporados al plan de labor de la última sesión, donde fueron avalados. “Es una actitud que lo enaltece”, destacó Bernazza sobre el diputado, referente del movimiento cooperativista.
Además de Domínguez, los proyectos con media sanción contaron con las firmas de los kirchneristas Carlos Kunkel, Carlos Rubín, Andrea García, Juan Carlos Díaz Roig y Gustavo Martínez Campos; Carlos Raimundi, de Nuevo Encuentro, y Cornelia Schmidt-Liermann, de Unión Pro. El proyecto sobre eximición de Ganancias, que aún no llegó al recinto, también fue suscripto por Claudio Lozano, de Unidad Popular, y Carla Carrizo, del espacio referenciado en Martín Lousteau.
Los obstáculos que deben sortear las organizaciones sociales no se agotan en esos cuatro proyectos. Otro de los desafíos, por ejemplo, es generar un Instituto de la Organización Popular donde estén representadas estas entidades civiles, que hoy figuran en un registro de la Inspección General de Justicia (IGJ) junto con las Sociedades de Responsabilidad Limitada (SRL) y las Sociedades Anónimas (S.A.). Pero las asociaciones comunitarias reconocen lo aprobado en la Cámara de Diputados como un gran paso adelante en “la utopía de una sociedad más justa”, a decir de Morlachetti.
Morlachetti, presente
Con 72 años falleció Alberto Morlachetti, fundador de Pelota de Trapo, el hogar que desde 1982 busca capacitar en el trabajo a chicos en riesgo. El sociólogo también fue impulsor de la Asignación Universal por Hijo, una de las políticas públicas más reconocidas por la oposición de la era kirchnerista.
Con la presencia de sus familiares, Morlachetti fue reconocido en la Cámara baja en las palabras del diputado del Frente para la Victoria Juan Marcópulos; el presidente de la Comisión de Cooperativas, Mutuales y Organizaciones No Gubernamentales, Fabián Rogel (UCR) y el socialista Ricardo Cuccovillo.
“Alberto Morlachetti construía, nos construía un futuro, pero lo hacía desde la esperanza. Fiel al legado de su abuelo, repetía que sin la niñez es imposible que haya renovación humana. Por eso siempre confiaba en los chicos, porque ellos son como heraldos que traen algo nuevo”, destacó Marcópulos al abrir el homenaje.
El legislador correntino rememoró los orígenes del trabajo de este referente de la infancia, nacido en Córdoba, cuando “las ONG’s eran el colchón del capitalismo y no paraban de inaugurar comedores y merenderos”. “Morlachetti es de aquellos que se brindan a sí mismos. Por eso, haber arriesgado y perdido tantas cosas como su casa, su esposa, estar acosado por juicios de desalojo, por cuentas de servicios que debía pagar como cualquier otro vecino, no se compara con la alegría de haberse acercado a la ternura”, manifestó Marcópulos.
Por último, concluyó que “le debemos a Alberto haber hecho visible un camino, pero también un modelo de Estado, este Estado que extiende la mano, se hace presente y lleva la solidaridad a los más recónditos espacios de nuestra propia miseria humana y social”.
Rogel se sumó a las palabras de Marcópulos y lo mismo hizo Cuccovillo. “Quienes hemos vivido en el mismo barrio de Avellaneda también hemos sentido el trabajo desarrollado por su fundación. La huella dejada por Alberto Morlachetti va a dejar muchos recuerdos en varios de nosotros”, expresó este último.
“El mejor homenaje que podíamos hacer a los militantes de la infancia era que en esa misma sesión se aprobaran las leyes que necesitan las organizaciones sociales”, concluyó Bernazza. Para que la alegría sea completa, ahora el Senado deberá hacer lo suyo. Quizá entonces quienes “huyen de la ternura”, como decía Morlachetti, estén un poco más cerca de ella.
Las organizaciones que impulsaron los proyectos
Centro Nacional de Organizaciones Comunitarias (CENOC); el MEDH (Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos); Cáritas Nacional y obispados de Quilmes y San Isidro; Consejos de la Niñez de La Matanza y Quilmes; Movimiento Chicos del Pueblo; Interredes; Federación Argentina de Radios Comunitarias (FARCO); Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ); organizaciones sociales de Jujuy, Formosa, Chubut, Río Negro, Córdoba y toda la provincia de Buenos Aires; casas del niño y hogares; redes de apoyo escolar; Red de Hogares de Buenos Aires y CABA; Casa del Niño Rucalhué, Hogar Pelota de Trapo de Avellaneda; Red Arco Iris de La Matanza; Hogar La Casita de Moreno; La Casita de los Pibes y Hogar Pantalón Cortito de La Plata, entre otros.
