El segundo puesto que la alianza ECO obtuvo en las elecciones primarias reforzó las esperanzas de los legisladores exUnen de convertirse en la segunda minoría de la Legislatura porteña. Cuando muchos los acusan de “no ser una oposición al macrismo”, los radicales, y mucho más los socialistas, se diferencian.
Por Melisa Yael Jofre
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires tendrá una nueva conformación a partir del próximo 10 de diciembre cuando asuman los 30 nuevos diputados. La renovación de las autoridades y las bancas traerá un nuevo escenario político. Sin dudas, el interbloque Energía Ciudadana Organizada –o una parte del interbloque- constituirá un rol fundamental en la aprobación de leyes que el oficialismo porteño buscará realizar. ECO, conformado por la Coalición Cívica, SUMA+, el Partido Socialista, el Partido Socialista Auténtico y Confianza Pública podría convertirse en la segunda minoría del Parlamento, en caso de sostener aproximadamente el 22 % de los votos -obtenido en las PASO- en las elecciones generales del 5 de julio.
Si la lista Sumá Transparencia consigue incorporar siete nuevos legisladores, el diputado Roy Cortina pasaría a acompañar a Hernán Arce en el bloque del Partido Socialista, y allí ambos deberán definir la jefatura del bloque. En tanto, el Partido Socialista Auténtico perderá a Virginia González Gass, y Adrián Camps quedará solitario con su monobloque. Ambos partidos socialistas son aquellos integrantes de ECO que más críticos se muestran con la gestión macrista, y lejos de apoyar con sus votos a las propuestas que el Pro quiera sacar en el recinto. Roy Cortina se ha ocupado más de una vez en actos de campaña de resaltar que “ECO no es una colectora del Pro”.
Sin embargo, el cuestionamiento del resto de la oposición en torno a ECO -tanto del kirchenrismo, como de las fuerzas de izquierda- deriva de la postura de los tres bloques restantes: la Coalición Cívica-ARI, SUMA+ y Confianza Pública.
Los radicales de la Legislatura aseguran que la alianza a nivel nacional entre el jefe de Gobierno Mauricio Macri, la diputada nacional Elisa Carrió y el senador Ernesto Sanz no se condice con el trabajo territorial de la Capital Federal.
Ubicado en el segundo lugar de la lista de legisladores de ECO, el diputado Maximiliano Ferraro aseguró que la unión entre radicales y macristas, a nivel nacional, “se propicia en una concentración más amplia y republicana, porque lo que está en juego es la República versus el populismo-autoritarismo”.
Ferraro confesó a Semanario Parlamentario que “las políticas que se discuten a futuro para la Ciudad de Buenos Aires nada tienen que ver con Macri, quien no va a ser candidato a jefe de Gobierno”. El presidente de la Coalición Cívica-ARI en la Ciudad insistió en que la discusión con el Pro se basa en “distintas prioridades” y afirmó que no “existe mimetización con ECO”.
Detrás de Maximiliano Ferraro se ubica, en la nómina, la radical María Vischi, esposa del empresario y dirigente Víctor Hugo Salazar, quien fuera candidato a legislador por Unen en 2013. En el sexto lugar está Marcelo Gouman, también propuesto por el radicalismo, director del Centro Cultural Ernesto Sábato. Ambos, junto a la quinta candidata, la politóloga Natalia Fidel, podrían incorporarse al bloque de los radicales de SUMA+, liderado actualmente por Hernán Rossi.
El diputado radical, se mostró confiado y le declaró a Semanario Parlamentario: “yo creo que vamos a gobernar la Ciudad”.
Rossi definió que las principales diferencias entre ECO y Pro es que se plantean “de una manera diferente la utilización de los recurso públicos”. El legislador explicó que ECO es una fuerza local conformada por cinco partidos, “entre los cuales el Partido Socialista apoya la candidatura presidencial de Margarita Stolbizer y nosotros, los radicales, la de Ernesto Sanz”. “Es una coalición local en la que se discute en torno a la Ciudad y eso no se contradice a nivel nacional”, sostuvo.
Para el líder de SUMA+ en la Legislatura, las denuncias del kirchnerismo contra ECO por su “similitud” con el macrismo no son lícitas debido a que “el Frente para la Victoria siempre fue una oposición funcional, que ha compartido numerosas votaciones con el Pro”.
Rossi aseguró que el interbloque buscará consolidarse como fuerza, y si para aprobar las leyes que se propone tiene que buscar el consenso de todos los bloques, incluido el Pro, no dudarán en dialogar por encima de las diferencias.
Otra de los cinco pilares del interbloque ECO lo constituye, el ahora monobloque, Confianza Pública. Antes de la separación con la diputada Cristina García de Aurteneche, Graciela Ocaña ya había logrado ingresar a la lista de legisladores a dos hombres de su espacio. En cuarto lugar se ubica Diego García Vila, extrabajador de PAMI, y en el séptimo, Marcelo Depierro.
La “Hormiguita” no estará sola en su monobloque, pero probablemente quede al mando del espacio. Ocaña, quien fue candidata en la interna con Martín Lousteau y Andrés Borthagaray a la Jefatura porteña, coqueteó en más de una oportunidad con su incorporación al Pro, por lo cual, tendrá un protagonismo especial el próximo año a la hora de votar en el recinto.
Las sucesiones
El interbloque ECO es uno de los más beneficiados con el recambio de la Legislatura, ya que sólo perderá, como se mencionó anteriormente, a Virginia González Gass del Partido Socialista Auténtico. Además, en caso de constituirse como segunda minoría podrá obtener la vicepresidencia segunda.
Sin embargo, desde el oficialismo, y mucho más de la oposición K, los bloques tendrán que reestructurarse. Si bien todavía las elecciones generales de la Ciudad de Buenos Aires no se realizaron y, además, falta un largo trecho para los comicios nacionales en los que se conocerá el nombre de quien conducirá el país a partir del 10 de diciembre, en la Legislatura porteña el recambio de las autoridades no es un tema menor, por más que algunos no quieran decirlo.
Los diputados se muestran cautos a la hora de responder por sus próximos cargos, e insisten con que están avocados de lleno a las campañas electorales, pero sus acciones y sus guiños se encargan de solidificar la teoría de los sucesores, mucho más dentro del Pro.
El pasado mes de abril, durante la apertura del programa “BA Legisla” -que busca capacitar y promover la participación de estudiantes universitarios en el proceso legislativo- el vicepresidente primero del Cuerpo, Cristian Ritondo, explicó las competencias de su labor y expresó: “espero que algunas de las que están sentadas aquí tengan el honor de ocupar este cargo cuando yo me vaya”. Inmediatamente, la diputada Paula Oliveto Lago se desligó del asunto y señaló a Carmen Polledo, como clara destinataria del mensaje.
Actualmente, Polledo preside el bloque del partido amarillo y es una de las figuras del macrismo que cuenta con el aval del actual jefe de Gobierno. “Suena lógico que sea ella”, comentó uno de sus asesores a Semanario Parlamentario acerca del reemplazo por Ritondo en la vicepresidencia primera, el cargo administrativo más importante de la Legislatura.
“Falta mucho y a Carmen no le interesa la rosca. Ella va a estar donde la necesiten”, informaron fuentes legislativas del entorno de la diputada. Sin embargo, la decisión parece estar más que asegurada dentro del bloque. La de Polledo es una sucesión que hubiera sido diferente, quizás, si la triunfadora de la interna del Pro en las PASO era Gabriela Michetti, ya que en ese caso quien sonaba para el puesto era el legislador Helio Rebot.
En caso de que Polledo abandone la jefatura del bloque, el mando podría pasar a manos de Francisco Quintana, candidato a primer legislador por el Pro. Durante una de las pocas reuniones de labor que se llevaron a cabo en este período legislativo, Quintana ya se mostró como reemplazante de Polledo.
“De que le gustaría, por supuesto, sería un desafío nuevo y él quiere asumir la responsabilidad, pero por el momento no visualiza mucho eso”, aseguraron desde el espacio del expresidente de la Juventud Pro. Sin embargo, el destino de Quintana también estaría asegurado.
El kirchnerismo perderá a partir del 10 de diciembre a su vicepresidente segundo, Juan Carlos Dante Gullo, y a su jefa de bloque, Gabriela Alegre. El panorama dentro del FpV es más ambiguo todavía. En cuanto a la vicepresidencia, el puesto podría ser asumido por el excanciller Jorge Taiana, quien declinó su precandidatura presidencial y continuará como diputado; o por el actual ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, hombre de pura cepa kirchnerista que arribará al Parlamento capitalino a fin de este año.
Ambos podrían tener un lugar relevante como autoridad del Cuerpo, tanto en la vicepresidencia 2° o 3º, esta última en caso de que el interbloque ECO supere al interbloque kirchnerista en cantidad de diputados, y logre convertirse así en la segunda minoría por detrás del Pro.
Pero también Taiana y Tomada suenan como nombres relevantes a la hora de definir la jefatura del bloque. Sin embargo, quien aparece además en la escena es el legislador Gabriel Fuks, con mandato vigente hasta 2017, actualmente vicepresidente del bloque K. Desde el espacio de Fuks aseguran que aún “no hay absolutamente nada definido”.
Más allá que la mayoría de los legisladores estén abocado de lleno en la campaña electoral de sus respectivos candidatos, no dejan librado al azar sus destinos para la nueva composición de la Legislatura porteña. Obviamente al final habrá vencedores y vencidos.
