Este Honorable Congreso, a menudo honró al General Pujato. La Medalla de Hierro y otros fueron merecidos homenajes. Hace pocos días, Lorenzo Pepe lo incorporó a los héroes presentes en el Instituto Nacional Justicialista que preside, con una conmovedora ceremonia. En ella se resaltó su vasta obra que incluyó la instalación de bases científicas y poblacionales en la Antártida, la creación del instituto científico, la base San Martín, primer asentamiento humano al sur del círculo polar antártico y la primera base científica argentina en el territorio continental antártico.

Destacó Lorenzo en su discurso el fuerte abrazo del presidente Perón al General antártico cuando emprendía sus hazañas. Aquel daba mucha importancia a ese gesto, sana costumbre militar en la cual, sin decir palabra, el superior cobija al que emprende una acción difícil y encuentra el modo de sentirse parte de ella. Siguió el Diputado relatando su visita al célebre militar, que pasaba sus últimos años en el geriátrico castrense. “Apareció erguido, enhiesto y le pedí permiso para abrazarlo. Sentí una gran emoción”.

Entre los presentes en el acto, estaba el albacea, el coronel Irusta. Con la misma humildad que da la soledad y la percepción de la pequeñez humana ante la inmensidad geográfica, comentó que el General casi centenario, en su rústica silla del asilo, afirmaba que no necesitaba más que sus recuerdos para vivir. Que fue necesario simular que se habían cambiado las sillas a todos los internados para que aceptara el regalo de un asiento más confortable.

No alcanzaría este espacio para describir la heroicidad y patriotismo de Pujato pero lo cierto es que creó puentes entre las instituciones científicas y las armadas, que fueron cálidos abrazos de la sociedad. Y ¿quién después de un reencuentro no ha sentido el beneficio del “abrazo tenaz y dulzón” como el de las madreselvas que cantaban Lamarque y Gardel?

Bruera es General (R) y ex enlace del Ejército en el HCN