Acorde a los tiempos que corren y en aras de la igualdad de género, el diputado Alberto Asseff busca cambiar una tradición que viene del confín de los tiempos y que consiste en que el presidente de turno apadrine a los séptimos hijos varones. El diputado de UNIR impulsa a través de un proyecto la ley correspondiente, fundamentalmente dejando de lado que los beneficiarios sean exclusivamente los varones. “Institúyese el padrinazgo presidencial para los séptimos hijos/as con la condición de ser argentinos nativos”, establece el primer artículo del proyecto, en tanto que en el siguiente fija cómo proceder en casos como el actual, en que el presidente es mujer: “Cuando el cargo de presidente de la Nación sea ejercido por una persona de sexo femenino, la figura del padrinazgo presidencial se adecuará a las circunstancias en cuanto a la participación en la ceremonia bautismal de la titular del Poder Ejecutivo nacional o su representante, en su carácter de madrina”.

Cabe recordar que lo del séptimo hijo varón es una tradición instituida para oponer a la superstición que dice que al llegar a la adolescencia se transforma en lobizón. Para las mujeres, no aplica, de ahí la excepción que ahora Asseff busca alterar.