El jefe del Ejército adujo “razones estrictamente personales”. La oposición venía reclamando desde hace tiempo su dimisión, debido a las causas que involucran al general.
A través de un escueto comunicado, el Ejército comunicó la decisión de su jefe de pedir su pase a retiro. El mensaje de apenas un párrafo señala: “El Ejército Argentino informa a los medios de comunicación que; en el día de la fecha el Jefe del Estado Mayor General del Ejército, Teniente General Cesar Gerardo Milani ha presentado su pase a retiro efectivo por razones estrictamente personales”.
El cuestionado general generaba fuertes resistencias de parte de la oposición a partir de las causas judiciales que lo involucraban, basadas en su probable participación en la represión ilegal y una causa iniciada por enriquecimiento ilícito.
El 10 de marzo pasado se realizó en el Congreso una audiencia pública convocada por la izquierda en la que Graciela Ledo, la hermana del conscripto por cuya desaparición fue denunciado Milani, aseguró que el militar cuenta con protección política y judicial y reafirmó su pedido para que se lo llame a indagatoria, pese a la resistencia del juez de la causa.
Graciela Ledo expuso ese día ante dirigentes políticos y sociales en el marco de una reunión abierta convocada por los diputados nacionales Néstor Pitrola (Buenos Aires) y Pablo López (Salta), del Partido Obrero en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), en el Anexo de la Cámara baja. Allí la hermana del soldado desaparecido en plena dictadura acusó al juez federal Daniel Bejas de seguir órdenes del Gobierno y de aplicar en los hechos la anulada Ley de Obediencia Debida, por haber rechazado un pedido de indagatoria a Milani. En tanto, anunció que presentará un recurso de queja ante la Cámara Federal por la apelación denegada.
“Con menos pruebas que las que hay contra Milani, hay genocidas detenidos. Hay un doble estándar de la Justicia”, advirtió y dijo que “hay un solo detenido en la causa de mi hermano y está con prisión domiciliaria. El juez Bejas obstruye el derecho a la verdad”.
El soldado riojano Alberto Agapito Ledo desapareció a sus 20 años el 17 de junio de 1976, en plena dictadura cívico-militar, cuando se encontraba en Tucumán con una compañía del Batallón de Ingenieros en Construcciones 141 de La Rioja, donde cumplía el servicio militar obligatorio. El encargado de instruir el sumario por la supuesta deserción de Ledo fue el entonces subteniente Milani. Bajo la sospecha de que se trata de un caso de desaparición forzada, el actual jefe del Ejército fue denunciado por los delitos de encubrimiento y falsedad ideológica de documentos públicos.
El general también era señalado por provenir del área de Inteligencia y alertarse sobre las actividades que en ese sentido realizaría para el Gobierno nacional, reñidas con las leyes vigentes. La diputada nacional Elisa Carrió llegó al punto de denunciarlo en el marco de la causa Nisman, vinculando la muerte del fiscal con una supuesta “operación de la nueva inteligencia en la Argentina, presidida por el jefe del Ejército, César Milani”.
“Le digo a Milani: todos los corruptos me hicieron acciones legales, pero que no me mate. Le digo a Milani: no me mate”, dijo por ello la diputada nacional.
El pliego del general César Milani fue aprobado el 18 de diciembre de 2013, al cabo de una tensa sesión de casi seis horas del Senado, por 39 votos a favor contra 30 del arco opositor. Ahora se espera que el Gobierno envíe al Parlamento el pliego del sucesor de Milani.
