“..y sin embargo se mueve…”

Esta semana, la presidenta Cristina Fernandez reconoció que la resolución 125, que fijaba las retenciones móviles a la producción agropecuaria, fue un error.

Desde luego que, incapaz de una autocrítica plena, culpó a su exministro de Economía, Martin Losteau. Era pedir demasiado asumir su responsabilidad. Ella solo esta para los éxitos, reales o supuestos.

Casi 7 años pasaron desde aquella madrugada del 17 de julio, donde un vicepresidente con convicciones y sentido común, sin euforia, con voz cansada, dio el golpe de gracia a un instrumento jurídico claramente perjudicial para la producción agraria argentina.

Y lo hizo pensando en la paz social, totalmente alterada en esos meses, más que en la defensa de intereses sectoriales, como los acólitos del poder, intentaron catalogar su posición.

Julio Cobos votó a conciencia. Con la presión manifiesta y explícita de los seguidores acríticos del gobierno, pero con la responsabilidad republicana de velar por el bien común.

Su voto le acarreo el desprecio, los ataques y el ostracismo de los medios y organizaciones afines al kirchnerismo.

Pero también el reconocimiento de la gente común, de las personas que trabajan día a día en el sector de la producción.

Y a propósito del título, recordemos cuando condenaron a Galileo Galilei por sostener la teoría heliocéntrica -que establece que el sol es el centro de nuestro sistema planetario y no la tierra, como entonces se sostenía- de Copérnico. Tuvieron que pasar 400 años para que los que lo condenaron reconocieran que su teoría era verdad, era certera.

Creo que debemos agradecer a la Presidenta que “solo” pasaran 7 años para hacer un reconocimiento parcial, pero reconocimiento al fin, de su grave error.

Como Galileo Galilei dijo cuando salía del tribunal que lo obligo a abjurar de su teoria, podemos también sostener: ” Y sin embargo, se mueve”.