La diputada Gaillard expresó su preocupación por los “sobreprecios” que presentaron los laboratorios que le venden al Ministerio de Salud: “pretenden seguir como animales de carroña teniendo ganancias extraordinarias a costa del Estado y la salud de los argentinos”.
La diputada nacional Carolina Gaillard (FpV-Entre Ríos), autora de la ley que crea la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP), expresó su preocupación por la información difundida acerca de los sobreprecios que presentaron distintos laboratorios en la última convocatoria a licitación pública para la provisión de medicamentos del Ministerio de Salud.
Gaillard remarcó que “durante muchos años los laboratorios privados pusieron el precio que quisieron, extorsionando al Estado con la amenaza del desabastecimiento”.
“Ellos saben del poder que poseen porque estamos hablando de algo tan sensible como el acceso al bien esencial que es el medicamento. Da la sensación que pretenden seguir como animales de carroña (buitres) teniendo ganancias extraordinarias a costa del Estado y la salud de los argentinos. Sin dar cuenta de los considerables fondos que se han invertido desde el Estado Nacional para el desarrollo e investigación público-privada con la que han sido beneficiados la mayoría de los laboratorios privados en nuestro país”, manifestó la legisladora a través de un comunicado.
Para la diputada kirchnerista, “este hecho demuestra, una vez más, que es fundamental fortalecer la producción pública de medicamentos, poniendo en funcionamiento la ANLAP, para que elabore precios testigo y/o de referencia y así evitar los sobreprecios por parte de los privados, ya que ni la compra ni el abastecimiento de medicamentos puede quedar librado sólo a las fuerzas del mercado”.
“Mientras que para los laboratorios privados la salud es una mercancía, nosotros, desde lo público, la concebimos como un bien esencial, por lo que el Estado debe garantizar su acceso con precio y calidad”, insistió la entrerriana.
Y continuó: “de ahí la importancia de fortalecer la producción pública de medicamentos, para no quedar rehenes de los privados que especulan con algo tan sensible como la salud”.
“Sabemos que los laboratorios privados sólo persiguen un fin de lucro y mejorar su rentabilidad, pero debemos evitar que se aprovechen de que el Estado sea el principal comprador de medicamentos para obtener ganancias extraordinarias: la rentabilidad media de los laboratorios ronda el 900 por ciento, y los precios siguen en aumento”, concluyó Gaillard.