Por Juan Casañas. El diputado nacional opina como tal, y como usuario habitual. Y habla de mala praxis en la administración de la aerolínea de bandera.
La semana pasada, cuando me disponía a viajar de Buenos Aires a Tucumán, luego de asistir a la sesión de la Cámara de Diputados de la Nación, me encontré con la desagradable sorpresa que Aerolíneas Argentina había cancelado mi vuelo, por una supuesta sobre venta de pasajes.
Luego de mucho insistir, logré abordar un vuelo tres horas más tarde y por supuesto, tuve que cancelar mis compromisos programados en Tucumán.
Inmediatamente, envíe una nota al presidente de Aerolíneas Argentinas, el camporista Mariano Recalde, de la cual hasta ahora no tuve respuesta. La envié no solo como ciudadano, sino también como diputado de la Nación, en representación de los casi 50.000 pasajeros que Aerolíneas va a estafar durante estas vacaciones de invierno.
La crisis en nuestra línea no tiene precedentes. De hecho, en su mayor crisis histórica, allá por 2001 cuando se encontraba en cesación de pagos, Aerolíneas solo reprogramó o canceló 7 vuelos internacionales. Por el contrario, en estas semanas, va a cancelar y reprogramar alrededor de 300 vuelos.
Todo esto, además, contando con un presupuesto récord, con subsidios de 2 millones dólares diarios, y habiendo gastado todos sus recursos del año, en los primeros seis meses.
Las excusas de Recalde no tardaron en llegar: que los controladores no colaboran, que se sobre vendieron vuelos, etc, etc.
La verdad es que este es un caso de mala praxis. Aerolíneas gastó millones de pesos nuestros en la compra de aviones nuevos. Cuenta con una flota moderna. Y sin embargo sus gerentes políticos no son capaces de operarla sin perder plata y sin estafar a los clientes.
Esta claro que una sobre venta de pasajes mayor al 4/5% no es viable en la aeronavegación. Sin embargo, Aerolíneas sobre vendió mas pasajes y vuelos que los que puede operar.
Lamentablemente, esta situación no nos sorprende. Sabemos como se manejan el kirchnerismo y La Cámpora: pan para hoy, y hambre para mañana.
Con esta misma eficiencia gestionan el Estado: por eso tenemos casi un 30 por ciento de inflación, y un 30 por ciento de pobres.
Voy a seguir luchando por nuestros derechos y denunciando esta estafa a los argentinos.
