“Tiene que haber devolución del dinero, sino no habrá escarmiento”, enfatizó la precandidata presidencial en el marco de su campaña electoral por el norte del país.
Histriónica como es, así se mostró la diputada Elisa Carrió en el nuevo tramo de su campaña que este viernes la encontró en el norte del país, recorriendo Jujuy y Salta. En esa primera provincia mantuvo un contacto con la prensa acompañada por el senador Gerardo Morales, candidato a gobernador por Cambiemos, y allí puso énfasis en cargar contra la corrupción.
La diputada sostuvo que en el caso de ganar la interna primero y ser presidenta luego, implementará mecanismos que permitan investigar no solo a las personas sospechadas de corrupción, sino sus bienes para lograr la devolución del dinero mal habido.
“Tiene que haber devolución del dinero, sino no habrá escarmiento”, sostuvo Carrió, convencida de que ese es “el mayor castigo” para quienes hayan delinquido. A su juicio, “cada peso que se hayan robado esté devuelto en hospitales, en construcciones y en la mejora de las clases más pobres del país” debe ser devuelto, “y obviamente, la Justicia y la cárcel para quien sea necesario, empezando por la presidenta de la República”.
En una conferencia de prensa que encabezó junto a su compañero de fórmula, Héctor “Toty” Flores y el candidato a gobernador Gerardo Morales, quien le dijo “te respetamos y te queremos mucho en Jujuy”, dando por cerrado el distanciamiento que ambos habían protagonizado. En el ínterin, hubo irónicas referencias al acercamiento del senador radical a Sergio Massa y el rechazo de Lilita al líder del Frente Renovador.
Carrió reprochó “que se juzgue el pasado y no el presente”, e hizo votos porque el próximo Gobierno “mande preso en el acto” al corrupto.
No sólo pidió votos para ella, también lo hizo para Ernesto Sanz, “porque se lo merece”, y compartirán con Mauricio Macri la interna de Cambiemos. Pero sobre ello, deslizó: “Miren si gano la interna. ¡Tiemblan los corruptos!”.
