El titular de la AFI se presentó en la Comisión de Acuerdos del Senado para defender su pliego, enviado por el Poder Ejecutivo. Aseguró que "no se está haciendo Inteligencia interna" y que ninguna escucha telefónica se realiza sin intervención judicial. El funcionario había adelantado que abandonará el cargo cuando se vaya Cristina Kirchner.
El titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, destacó este lunes ante el Senado que su “misión” en ese organismo es la de “modernizar y transparentar toda la acción de Inteligencia en Argentina”.
Parrilli se presentó ante la Comisión de Acuerdos de la Cámara alta, donde fue convocado junto a su segundo, Juan Martín Mena, ya que ambos funcionarios requieren el aval parlamentario para ser designados formalmente en sus cargos.
En ese marco, el exsecretario general de la Presidencia dio detalles de la tarea que realiza la AFI, que reemplazó a la Secretaría de Inteligencia (SI) por ley tras la muerte del fiscal de la UFI AMIA Alberto Nisman.
Parrilli explicó que “la ley establece cuáles son las circunstancias que atentan contra la seguridad de un país”, algo que en la normativa anterior no estaba bien esclarecido, y enumeró que esas situaciones tienen que ver con “terrorismo internacional, tráfico de armas, trata de personas, narcotráfico, delitos económicos y financieros”.
El funcionario indicó que el objetivo fue “dotar a la AFI de nuevas estructuras” y destacó que “ninguna interferencia telefónica se realiza sin intervención de la autoridad judicial”.
Cabe recordar que, con la reforma del área de Inteligencia, el sistema de escuchas telefónicas pasó a manos de la Procuración General de la Nación.
Además, el titular de la AFI aclaró que “no se está haciendo Inteligencia interna salvo en algún delito o alguna situación que requiera que eso se realice”.
En otro orden, destacó el rol de la Escuela Nacional de Inteligencia en la formación de “personal altamente calificado y profesional” y comentó que se firmó un convenio con cinco universidades públicas nacionales en esta línea.
Parrilli había anunciado el julio pasado que dejará la AFI “el 10 de diciembre o antes”, cuando la presidenta de la Nación lo defina, y este martes refrendó esa afirmación ante los senadores.
“Desde el primer momento entendimos que esto no significa dar estabilidad en el cargo ni significa que el acuerdo traspasa los mandatos de las autoridades que los designan”, apuntó.
Ponderó que es la primera vez que se utiliza este método de nombramiento con aval del Senado y abogó por que “se mantenga” y “que todos tengan la posibilidad de rendir cuentas ante sus representantes”.
En el mismo sentido se expresó Mena, al destacar la “autolimitación de facultades del Poder Ejecutivo”, algo que “años atrás era impensable”.
“Estamos dando los primeros pasos en la ejecución de un nuevo sistema de Inteligencia nacional”, señaló el subdirector de la AFI.
A su vez, habló de un “cambio de paradigma” relativo a que “el servicio de Inteligencia pueda analizar la información a tiempo” y abocarse así a “dos grandes ejes: la defensa nacional y la criminalidad compleja organizada”.
Mena dijo que la prevención del terrorismo es “uno de los ejes más importantes” de la AFI ya que “nuestro país no es ajeno” a tal delito, por los ataques a la AMIA y a la Embajada de Israel.
El único senador en hacer uso de la palabra fue Ernesto Sanz (UCR), quien planteó sus dudas sobre la letra de la doctrina publicada en el Boletín Oficial, que despertó sospechas ya que indica que la AFI tendrá la facultad de intervenir para evitar “desabastecimiento, golpes de mercado y corridas cambiarias”.
“Todo aquello que bajo la excusa de perseguir operaciones económicas esconda perseguir empresarios, políticos, jueces o fiscales, estaremos en contra”, garantizó, y deslizó que “una cosa es lo que está escrito en la ley y otra las conductas de los que lo aplican”.
